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Renato Leduc

Renato Leduc (Tlalpan, Ciudad de México, 16 de noviembre de 1897- Ciudad de México, 1 de octubre de 1986) fue un escritor y poeta mexicano. De padre mexicano (abuelo francés) y madre mexicana. Le tocó vivir en su infancia y juventud algunas vicisitudes de la Revolución mexicana, durante la cual laboró como telegrafista de la División del Norte comandada por el general insurgente Francisco Villa. Fue también periodista, pero antes de hacerse poeta, fue viajante de a pie, ferrocarril, camión o tranvía, aeroplano, o montando a caballo, según lo afirma José Alvarado en la solapa de una especie de biografía que le escribió José Ramón Garmabella titulada Renato por Leduc y publicada por la editorial Océano en 1983. Tenía fama de ser "muy mal hablado" siendo capaz de decir tres groserías por cada dos palabras que pronunciaba. Comisionado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, vivió en París por alrededor de siete años, y regresó a México después de vivir unos meses en Nueva York. En sus días de París se relacionó con el grupo de Artistas de Montparnasse: Antonin Artaud, André Breton, Paul Eluard, Kiki de Motparnasse Y entre ellos personajes de la talla de Alfonso Reyes, Federico Cantú, pero su mundo de amistades se extendió siempre desde la gente de barrio hasta políticos, artistas de cine, toreros y periodistas, entre los cuales estaban Federico Cantú Garza, Luis Cardoza y Aragón, Carlos Bracho, Leonora Carrington. Estuvo casado con la pintora surrealista de origen británico Leonora Carrington. Este matrimonio tuvo como fin más que nada ayudarle a ella a huir de la persecución nazi, a la cual fue sometida por haber sido la pareja sentimental de Max Ernst. Desde entonces (1942) hasta su muerte (mayo de 2011) Carrington vivió en la Ciudad de México. Leduc también fue amigo de la periodista Elena Poniatowska, el premio Nobel Octavio Paz, La Diva del cine mexicano María Félix, de quien se dice le propuso matrimonio, y del llamado músico-poeta Agustín Lara. Leduc falleció en 1986. Obra Fue un poeta popular famoso por su soneto del tiempo, cuyo título es "Aquí se habla del tiempo perdido que, como dice el dicho, los santos lo lloran", y que afirmó haber escrito cuando alguien lo retó a hacer unos versos relacionados con el tiempo, sabiendo que esta palabra no tiene otras consonantes (que hagan rima con ella) en español. Su obra literaria, sin embargo, es mucho más amplia, y en ella destaca El aula, etc... (1929), que no obstante ser su primer libro es quizá el más emblemático y redondo, por la síntesis de humor y melancolía, erotismo, lenguaje coloquial, albur, rima bilingüe y obscena, etc. Un balance de su escritura (no incluida la periodística, que es muy vasta), se halla en el estudio que acompaña a la edición de su Obra literaria. El soneto del tiempo ha sido incluso musicalizado, con su famoso inicio "Sabia virtud de conocer el tiempo...". Entre sus obras tenemos: El aula, etc.... 1929; Unos cuantos sonetos, 1932; Algunos poemas deliberadamente románticos, 1933; Breve glosa del Libro de Buen Amor, 1939; Versos y poemas, 1940; XV fabulillas de animales, niños y espantos, 1957; Catorce poemas burocráticos y un corrido reaccionario, 1962; Prometeo, la Odisea, Euclidiana, 1968. Mucha de su obra tiene un sentido erótico, cuando no es francamente directa y explícita en estos temas. En el ámbito periodístico publicó diversas columnas en los diarios Excélsior, Últimas Noticias, Ovaciones, ESTO y Siempre!, entre otras. Premios En 1978 fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo de México, de forma especial, en reconocimiento a su trayectoria, repitiendo el galardón en 1983 por sus comentarios publicados en el periódico Excélsior. Fuente Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Renato_Leduc

Antonio Plaza Llamas

Antonio Plaza Llamas (Apaseo1 Guanajuato, 2 de junio de 1830 — Ciudad de México, 26 de agosto de 1882), fue un militar, poeta y periodista mexicano. (Hasta hace poco tiempo se creyó que había nacido en la localidad del San Jose del Llano del actual municipio de Apaseo el Grande. El actual cronista de Apaseo el Alto, de apellido Francisco Sauza Vega insiste que este personaje nacio en San Bartolomé Aguascalientes, en el actual municipio de Apaseo El Alto. Aunque su acta de bautismo establece claramente que nació en la actual ciudad de Apaseo el Grande, en aquel momento denominada simplemente Apaseo) Orígenes, familia y muerte Sus padres fueron don José María Plaza y doña María de la Luz Llamas y Menéndez, matrimonio originario de la ciudad de Celaya. Se casó y tuvo tres hijos, a quienes amaba intensamente. Del único que se conoce su nombre fue el mayor, Edmundo —al cual le dedicó sentidísimos versos—, y que falleció en Yokohama, siendo Cónsul General en el imperio del Japón. El poeta murió en la ciudad de México a los 51 años. Sus funerales fueron modestos, siendo sepultado en el Panteón del Tepeyac (Villa de Guadalupe), publicándose en los periódicos artículos llenos de sentimiento y pesar por la desaparición de tan insigne pluma. Estudios y Carrera militar Fue enviado a la Ciudad de México; ahí ingresó en el Seminario Conciliar donde sólo se cursaban las carreras eclesiáticas y jurisprudencia. "El niño era precoz y liberal por instintos; así es que de aquellas aulas, de donde salieron Juan José Baz, Manuel Romero Rubio, Justino Fernández Mondoño, Manuel Fernando Soto y tantos otros patricios de renombre a defender la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma, él salió para alistarse como soldado en las filas progresistas y en ellas sirvió hasta el año de 1861 en que se retiró con licencia y con un pie inutilizado por una bala de cañón en pleno campo de batalla". En 1862, ya con el grado de teniente coronel, fue ingresado al Depósito de Jefes y Oficiales asistiendo a las campañas de Querétaro. Posteriormente, en 1867, llegó nuevamente a la Ciudad de México con el ejército, retirándose definitivamente de éste el año siguiente. El Periodista Sus ideales liberales y sus críticas, que encendían los corazones impulsando el movimiento revolucionario que modificó los destinos de la patria, fueron plasmados en los periódicos El Horóscopo, Los Padres del Agua Fría, La Idea, La Bandera Roja, La Luz de los Libres, El Constitucional, La Orquesta, La Pluma Roja, San Baltasar, y La Revista Mexicana, logrando la admiración de muchos... y el resentimiento de otros tantos. El Poeta No llegó a leer a los grandes maestros ni alimentar su estilo poético por una escuela en particular, "a semejanza de las aves, cantaba porque sentía la necesidad de cantar, sin importarle que la Gloria le diera sus lauros o el Olvido le envolviera en sus luctuosos crespones".3 Cantó a la miseria humana, a los vicios de la sociedad de su tiempo, a las pasiones; sus versos exponen situaciones vivenciales por la gran mayoría de sus lectores, de ahí que se hiciera tan popular. Juan de Dios Peza fue su amigo, a pesar de la diferencia de edades, y lo fue hasta su muerte, demostrándolo cuando dice al final del Prólogo al Ábum del Corazón: "¡Duerma en paz el poeta escéptico y adolorido! Yo, encuentro detrás de cada estrofa suya una lágrima y, como su amigo, la enjugo y la comprendo. Algunos de sus Poemas * La voz del inválido * Duerme, niño (a mi hijo Edmundo) * ¡Déjala! * Extravagancias * A una ramera * Amor de martir * A Rosa * Gota de hiel * Lágrimas y flores (a Virginia) * Lejos de ti * En el campo * Luz y sombras * Horas negras Sonetos * Yo * Un prodigio * Una verdad * Dolce far niente * Los héroes * A una jalapeña * A un ángel caído * A Inés Nataly En esta pagina se podrán encontrar algunas de sus obras: http://heron5.tripod.com/plaza.htm Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Plaza

Luis Gonzaga Urbina

Luis Gonzaga Urbina fue un escritor mexicano. Figura entre los grandes poetas mexicanos por su calidad estética, madurez, y por haber incursionado en la transición entre el romanticismo y el modernismo. Cuando residió en el extranjero, fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua. Nacido en 1864 y no en 1868, como se dice a menudo)2 en la Ciudad de México y fallecido en Madrid, España, el 18 de noviembre de 1934. Su nombre suele escribirse como LUIS G. URBINA, y en las listas se alfabetiza siempre por el apellido Urbina. Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria. Se relacionó con el poeta modernista Manuel Gutiérrez Nájera y con Justo Sierra, con quien trabajó en la Secretaría de Instrucción Pública. Se dedicó a la docencia y a la crítica teatral y musical para diversos periódicos. Durante la Revolución mexicana se trasladó a La Habana y a Madrid, donde murió, viajando también a Buenos Aires y a Italia. Las contradicciones sobre su año de nacimiento son un anuncio de lo poco que se sabe de su infancia. Seguramente fue menesterosa, dada su orfandad, la urgencia con la que empezó a trabajar siendo muy joven, y las condiciones de vida durante el porfiriato. Tras cursar estudios en la Escuela Nacional Preparatoria de México, e iniciarse con cierta precocidad en el periodismo como redactor de El Siglo XIX, Justo Sierra, Ministro de Instrucción Pública durante el porfiriato, se fijó en él y lo apadrinó tanto en la vida cultural como en la función pública, nombrándolo su secretario personal. De esa época data también su relación con Manuel Gutiérrez Nájera, la otra persona de mayor influencia en su obra. Fue maestro, llegando a ejercer la cátedra de literatura española en la Escuela Nacional Preparatoria y en la de Escuela Nacional de Altos Estudios; periodista autor de celebradas crónicas, y también crítico de música y teatro en diarios y revistas como El Mundo Ilustrado, la Revista de Revistas o El Imparcial, del que llegó a editorialista hacia 1911. También escribió en colaboración antologías y ensayos sobre la literatura mexicana, destacando la Antología del centenario, de 1910 (centenario del grito de Dolores, de 1810, que inició la Independencia), escrita en colaboración con Pedro Henríquez Ureña y el historiador Nicolás Rangel, bajo la dirección de Sierra. Colaboraba también en la mítica revista Azul, divulgadora del modernismo americano, fundada por Manuel Gutiérrez Nájera. Pero si se lo sigue recordando es sin duda por su obra poética original, elegante y emotiva. En 1913 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de México, cargo que funge hasta 1915. Se recuerda el atinado informe que entregó al gobierno a los cuatro meses de dirigir la biblioteca, reportando la desastrosa situación en la que se le entregó el centro. También fue notorio su éxito en la conservación de las Biblias, muy amenazadas a su llegada. Cuando en agosto de 1915 las fuerzas revolucionarias tomaron la Ciudad de México, y Álvaro Obregón asumió la presidencia, Urbina abandonó el país, no conforme con la revolución constitucionalista, exiliándose en La Habana. Urbina había cometido un error político en la turbulencia revolucionaria, apoyando en 1913, desde su tribuna de El Imparcial, a Victoriano Huerta. En Cuba, como antes en su país, ejerció la docencia y el periodismo. En 1916, su periódico, El Heraldo de la Habana, lo envía como corresponsal a Madrid. En esos años, un buen número de mexicanos ilustres vivieron en Madrid, ya fuera por estudios o exiliados por la Revolución: Alfonso Reyes, Martín Luis Guzmán, Diego Rivera o Ángel Zárraga eran compatriotas vecinos de Urbina.6 Seguirá en Madrid hasta su muerte, salvo intervalos de viajes, de los que los más importantes lo llevaron a Buenos Aires, entre abril y agosto de 1917, a Italia, a comienzos de 1920, y a un frustrado regreso a México en ese mismo año. Muy fructiferó resulta el viaje a Argentina. En la Universidad de Buenos Aires dicta un ciclo de conferencias sobre literatura mexicana, que luego se publica como La vida literaria de México y La literatura mexicana durante la Independencia. En 1918, de vuelta en Madrid, es nombrado primer secretario de la embajada de México en España, cargo que ocupará hasta 1920, año en el que viaja a Italia y regresa después a México. En México es nombrado secretario del Museo Nacional de Arqueología, Etnografía e Historia. Pero el 21 de mayo de 1920 el asesinato de Venustiano Carranza en Tlaxcalantongo, Puebla, vuelve a sacudir a la sociedad mexicana de forma no grata para Urbina, que regresa a Madrid. Nuevamente se le conceden cargos oficiales, esta vez en la comisión "Del Paso y Troncoso", primero como secretario (sucediendo a Alfonso Reyes) y después, desde 1926, como encargado. Murió el 18 de noviembre de 1934. Su cadáver fue inmediatamente reclamado por las autoridades mexicanas, y en diciembre del mismo año entraba en Veracruz. Está enterrado en la Rotonda de las Personas Ilustres de Ciudad de México. Su obra puede bifurcarse en tres ramas: la primera está formada por las críticas musi cales y teatrales dispersas en los medios de la época, si bien se han hecho recopilaciones, y por las crónicas periodísticas que él mismo dio a veces a la imprenta; el segundo son los trabajos académicos de historia de la literatura, que se plasmaron en libros y textos de conferencias. Pero se sigue recordando y leyendo sobre todo al Luis G. Urbina poeta. Obra como cronista En 1929, la Enciclopedia Espasa alababa las crónicas del por entonces madrileño Urbina, calificándolo de sobresaliente en ese género, por saber conjugar un estilo elegante con recursos humorísticos y frívolos, y ser capaz además de hacerlo en una amplia variedad de temas. El mismo Urbina definía la crónica como la capacidad de basarse en hechos reales para hacer con ellos "pirotecnias", "fuentes luminosas", "mágicas y giratorias geometrías”. Como cronista publicó: * Cuentos vividos y crónicas soñadas (México, 1915) * Bajo el sol y frente al mar, impresiones de Cuba (Madrid, 1916) * Estampas de viaje: España en los días de la guerra (1920) * Luces de España (1924) * ... y toda su obra periodística, dispersa en muchos medios, entre otros El siglo XIX, Revista Azul, El Imparcial, Revista de Revistas, El Mundo Ilustrado, El Heraldo de la Habana, Juventud Literaria, El Partido Liberal, Lira Mexicana... Obra académica sobre literatura En cuanto a los trabajos académicos, en 1910 redactó la Introducción a la Antología del centenario, reputada como demostración de su competencia como crítico y estudioso de la literatura. Posteriormente, en todas las etapas de su vida, publicó textos de sus clases y conferencias y libros de literatura mexicana, seguramente concebidos desde la docencia en la Escuela Nacional Preparatoria, en la de Altos Estudios, y luego en La Habana. De igual forma, contribuyó con textos introductorios a los escritos de grandes intelectuales dentro de las antologías editadas en la Colección Cvltvra de Agustín Loera y Chávez y de Julio Torri publicadas a partir de 1916 por la casa editorial Cvltvra. Obras del Urbina académico son: * Antología del centenario (México, 1910, en colaboración con Pedro Henríquez Ureña y Nicolás Rangel) * La literatura mexicana (conferencia, México 1913) * El teatro nacional (1914) * La literatura mexicana durante la guerra de la Independencia (Madrid, 1917) * La vida literaria de México (Madrid, 1917) * Antología romántica 1887-1917 (Madrid, 1917) Obra poética La incertidumbre de su adscripción, entre el romanticismo y el modernismo, define un estilo propio que puede calificarse de romanticismo "contenido" o "pudoroso" si se quiere poner de relieve la distancia que lo separa de los excesos de sensibilidad de los románticos, a veces en las lindes de lo pueril. Pero también se lo puede llamar modernista "sobrio", por cuanto no participa de la exuberante riqueza de vocabulario ni de las extravagancias de sonidos e imágenes de las que se quejaba su contemporáneo y compatriota Enrique González Martínez, al reclamar que se le torciera el cuello al cisne, de engañoso plumaje. Urbina mismo interpretó su falta de adaptación a ambas corrientes como causa de soledad, o rechazo: "Los modernistas no me reputan como suyo" —dijo— "porque me consideran romántico; los románticos no me tienen como suyo, porque me encuentran modernista” Como ocurre con otros poetas de la época, como el mismo Amado Nervo, la obra de Urbina gozó de gran éxito popular en su tiempo, y tal vez medio siglo más, para luego perder algo de vigor y verse sometida a críticas más severas. La historia del cautivo beso enamorado de una mano de nieve de su poema Metamorfosis sigue estando entre los textos más memorizados y declamados en México, y ninguna antología de la literatura hispanoamericana debería carecer de una selección de poemas de Urbina. Alfonso Reyes lo tenía por persona "de rara penetración"; quizá fue esa penetración la que le permitió trasladar a sus versos lo esencial de romanticismo y modernismo, liberándolos con extraño filtro de los excesos de ambas corrientes. La crítica no olvida, sin embargo, sus reiteraciones un poco cansinas de los temas tratados, su estrecho repertorio léxico y su tono en general "menor", aunque emotivo y sentimental. Los libros de poemas que suelen citarse son: * Versos (México, 1890) * Ingenuas (París, 1910) * Puestas de sol (1910) * Lámparas en agonía (México, 1914) * El poema de Mariel (1915) * Glosario de la vida vulgar (Madrid, 1916) * El corazón juglar (1920) * Cancionero de la noche serena (1941) Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Gonzaga_Urbina

José Carlos Becerra

José Carlos Becerra (Villahermosa, Tabasco, 21 de mayo de 1936 - Brindisi, Italia, 27 de mayo de 1970) fue un poeta mexicano. Sobre un poeta, su otoño, sus islas y su niña “Espero una carta todavía no escrita donde el olvido me nombre su heredero”. —José Carlos Becerra Me parece verlo apresurado y desvelado, en los restiradores de la biblioteca de la Facultad, preparando de última hora sus trabajos en papel destraza. Con su barba de candado y su gabardina un poco arrugada; era estudiante de arquitectura en sus ratos libres, pero en la vida real, era POETA. Acababa de terminar su primer libro: “La corona de hierro”. Llegó una mañana a la imprenta que lo publicaría, con la prisa que lo caracterizaba para cambiar el título, al final se llamó: “Relación de los hechos”. ¿Su nombre?: José Carlos Becerra. Nunca lo conocí en persona, nació en Villahermosa, Tabasco en 1936. Los años y la magia de la literatura que es la verdadera máquina del tiempo, me lo presentaron una tarde y es ahora uno de los amigos que más quiero. Apreciado y admirado por todos, hubo fiesta cuando se le otorgó la beca de la Fundación Memorial Guggenheim, premio que ha cambiado las vidas de muchos autores latinoamericanos. Milagro que algunos anhelamos. Se fue a Europa, compró un Volkswagen sedán algo deteriorado, con una puerta chueca y recorrió los lugares testigos del periodo clásico de la humanidad. Era 1970 cuando en Brindisi, Italia, al tomar una curva en la carretera que lo llevaría a un transbordador rumbo a Grecia, perdió el control del auto y se desbarrancó. Murió joven, 33 años. Lejos de su familia y de su amado Tabasco. Un brevísimo aviso de un periódico mexicano, hizo a algunos amigos temer lo peor. Al confirmarse la triste noticia, después de los trámites de traslado y muchas, muchísimas lágrimas, llegó el momento de rescatar sus manuscritos para evitar al tiempo inexorable lo oportunidad de sepultar su obra. Amigos de verdad y colegas de la talla de Octavio Paz, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis, colaboraron en ese trabajo de amor y construcción de un volumen de 350 páginas que contiene toda su poesía: “El otoño recorre las islas”. Cabe en un bolsillo, pero contiene la obra de un poeta que vale la pena leer, releer y recordar para toda la vida. Como se dice en estos casos: de haber vivido más, si ya era prodigioso, lo que hubiera logrado. El volumen en cuestión, rescatado y estructurado por sus amigos, contiene su libro publicado en vida, antes citado, y varios otros libros de poesía; también un relato “Fotografía junto a un tulipán”. Es fácil de conseguir, en librerías, editorial Joaquín Mortiz. Pero la historia tuvo una posdata, años después, la joven escritora Silvia Molina, sorprendió a todo México con una magnífica novela autobiográfica llamada “La mañana debe seguir gris”. En ella relata un periodo de su propia vida en el que realiza un viaje a Londres para estudiar inglés; se queda a vivir en la casa de una tía. Silvia era muy joven, 24 años y se enamora perdidamente de un poeta mexicano sin fortuna pero muy prometedor por su talento, diez años mayor que ella. El idilio entre ambos va floreciendo, en el protocolario ambiente británico, bajo la complicidad de amigas y primas y la reprobación autoritaria de su tía. El poeta en cuestión era sumamente simpático, ocurrente y audaz; seductor espontáneo pero de un gran corazón cargado de esperanza. Ese poeta era José Carlos Becerra, en las semanas previas a su muerte. “La mañana debe seguir gris” es una novela breve, dinámica, muy creativa Ofrece una introducción muy original al tema con formato de diario íntimo, donde nos pone al tanto de las circunstancias y nos describe ampliamente el acontecer periodístico, hoy histórico, que rodea los hechos. En 1977 este libro ganó el premio Xavier Villaurrutia, uno de los más prestigiados de México, tras una gran polémica entre los críticos y el jurado del premio. No faltó quien dijo que la historia “demeritaba la figura del gran poeta José Carlos Becerra”. Por favor, como si un joven poeta soltero, no tuviera derecho a enamorarse. Silvia Molina es una de las autoras más jóvenes que ha ganado ese codiciado premio nacional, por cierto muy bien merecido. Aparte de que se trata de una novela que vale mucho la pena leer, nos regala un retrato vivo, nítido y más claro que un video HD, del añorado poeta, muerto a la edad de Jesús y de Ramón López Velarde. Para quienes no tuvimos la fortuna de conocerlo en persona, el relato de Silvia Molina es muy valioso, sobre todo después de terminar la lectura del maravilloso libro de José Carlos que contiene toda su obra. Así pues, en la intimidad de mi Biblioteca, siempre me aseguro de que ambos libros permanezcan juntos. Un amor de juventud que no pudo consumarse en la tierra, se guardará para siempre con sus dos nombres fundidos en la historia de la literatura mexicana. Dejo los títulos de ambos libros uno junto al otro porque, si nos damos cuenta, forman una hermosa frase: “El otoño recorre las islas, la mañana debe seguir gris” – Alfredo Jiménez G.

Alí Chumacero

Alí Chumacero Lora (Acaponeta, Nayarit, 9 de julio de 1918 – México, D. F., 22 de octubre de 20101 ) fue un poeta y editor mexicano. Trayectoria Alí Chumacero residió desde 1937 en la Ciudad de México. Perteneció al grupo de escritores que fundó la revista Tierra Nueva y dirigió la publicación entre 1940 y 1942. Fue redactor de la revista El Hijo Pródigo y de México en la cultura, suplemento del ya extinto periódico Novedades, así como director de Letras de México. Fue becario de El Colegio de México en 1952 y del Centro Mexicano de Escritores entre 1952 y 1953. Desde 1964 fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.2 Fue miembro honorario del Seminario de Cultura Mexicana. Como autor, editor, redactor y corrector fue una de las figuras claves en la historia del Fondo de Cultura Económica, casa editorial para la cual laboró por más de medio siglo de trabajo intermitente. Fue famoso por haber corregido para el FCE, entre cientos de obras, el Pedro Páramo de Juan Rulfo.4 Alí Chumacero negó en repetidas ocasiones haber mejorado drásticamente la obra con su corrección,5 pero el rumor de que lo hizo persiste. Por su trayectoria como poeta recibió muchos premios, entre los que destacan el Premio Xavier Villaurrutia (1984),6 el Premio Internacional Alfonso Reyes (1986), el Premio Nacional de Lingüística y Literatura (1987),7 el Premio Estatal de Literatura Amado Nervo (1993) y la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República (1996). El 24 de junio de 2008 recibió un homenaje, con motivo de su 90 cumpleaños, en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México. Víctima de neumonía, falleció a los 92 años el viernes 22 de octubre de 2010.9 Obras Poeta austero pero de gran intensidad lírica, Alí Chumacero sólo publicó tres colecciones de poesía, un disco donde los recita, y un compendio de ensayos críticos: 1940 - Páramo de sueños 1948 - Imágenes desterradas 1956 - Palabras en reposo 1987 - Los momentos críticos (ensayos) 1997 - En la orilla del silencio y otros poemas en la voz del autor (CD) Entre sus poemas se destaca Poema de amorosa raíz, cuya estrofa final reza: Cuando aún no había flores en las sendas porque las sendas no eran ni las flores estaban; cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas, ya éramos tú y yo. Páramo de sueños. Referencias wikipedia – http://es.wikipedia.org/wiki/Alí_Chumacero

Ricardo López Méndez

Ricardo López Méndez (El Vate). Poeta, escritor, periodista, locutor y publicista mexicano. Nacido en Izamal, Yucatán, México en 1903. Muerto en Cuernavaca, Morelos, México, en 1989. Hijo de Juan López Pacheco y de Francisca Méndez Palma. Juventud Hizo sus primeros cursos en su lugar natal, Izamal, en la escuela "Perseverancia" del reconocido educador Tiburcio Mena Osorio, para más tarde irse a vivir a Mérida, la capital del estado de Yucatán, en donde estudió, primero, en el Instituto Literario y después, en la Escuela Modelo. Desde muy joven destacó por su talento literario, habiendo pertenecido en la década de los 20 al grupo Esfinge, integrado por los literatos yucatecos José Esquivel Pren, Filiberto Burgos Jiménez, Oswaldo Baqueiro Anduze, Alberto Bolio Ávila, José Salomón Osorio, Clemente López Trujillo, Luis Augusto Rosado, Ernesto Albertos y Ramón Mendoza Medina. Fue también coetáneo, paisano izamaleño y sostuvo perdurable amistad con Miguel Ángel Menéndez Reyes, premio nacional de literatura (México) en 1940 El Poema de las Alas, declamado públicamente en 1925 en una reunión del mencionado grupo fue la primera obra que proyectó a López Méndez en su medio local. En ese entonces el Estado de Yucatán se encontraba en caótica situación política después del fusilamiento en 1924 del líder socialista y ex-gobernador del estado Felipe Carrillo Puerto, con quién El Vate se había vinculado desde 1920, y de quien recibiera el nombramiento de Director de la Biblioteca Zamná del Partido Socialista del Sureste. López Méndez había acompañado al prócer Carrillo Puerto en su último viaje al oriente de Yucatán, después del cual fue fusilado. El Vate Se llama Vate al poeta que vaticina el devenir y canta la memoria de su pueblo. López Méndez recibió este apelativo que llevó con orgullo a lo largo de su vida literaria, en honor a su genio creativo y al profundo arraigo de su obra en la sensibilidad del pueblo mexicano que lo hizo su cantor por excelencia a partir de la que tal vez fue su poesía cumbre: El Credo (México creo en ti..) México creo en ti Fue esta poesía la que despertó el reconocimiento hacia su autor en 1940, cuando fue publicada. Por ella, otro poeta yucateco, Antonio Mediz Bolio, otorga la dignidad de "El Vate" a López Méndez aduciendo que nadie había captado con más intensidad y cercanía "el maravilloso misterio" de la patria mexicana. Es este poema también el que hace decir a Don Alfonso Reyes: "en ella (en la poesía), la voz de López Méndez se convierte en voz de su pueblo y ejerce así su más alta función". Dice así el primer verso del poema: México, creo en ti, como en el vértice de un juramento, Tú hueles a tragedia tierra mía, y sin embargo ríes demasiado, acaso porque sabes que la risa, es la envoltura de un dolor callado... Poesía musicalizada El primer poema suyo hecho canción, en 1925, Languidece una estrellita, fue musicalizado por Ricardo Palmerín. De ahí, "El Vate" se proyectó como inspirado poeta cuya obra habría de recorrer el mundo entero envuelta en la música de los mejores compositores de la época y cantadas por los más afamados intérpretes del momento. Canciones como Nunca, Golondrina Viajera, Quisiera y Aléjate, con música de un inmortal de la trova yucateca, Guty Cárdenas, han dado la vuelta al orbe y siguen, después de más de setenta años de haber sido compuestas, siendo cantadas y grabadas por los más afamados intérpretes como Julio Iglesias y Plácido Domingo. ¿Quién no ha escuchado en el mundo de habla hispana la melodía y la letra inolvidables de Nunca?: Yo sé que nunca besaré tu boca, tu boca de púrpura encendida; yo sé que nunca llegaré a la loca y apasionada fuente de tu vida. Yo sé que inútilmente te venero e inútilmente el corazón te evoca; pero a pesar de todo yo te quiero; pero a pesar de todo yo te quiero aunque nunca besar pueda tu boca. Fueron 150 los poemas de Ricardo López Méndez que se musicalizaron para volverse canciones y que siguen habitando en el corazón musical de México y de muchas otras partes. Además de los ya mencionados compositores, otros famosos pusieron música a la letra de "El Vate": Alfonso Esparza Oteo, clásico del Vals mexicano, Íntimo Secreto; Tata Nacho (Ignacio Fernández Esperón), que dio a la soprano Ernestina Garfias Primaveral para su interpretación en el Palacio de Bellas Artes, de la capital de la república mexicana; Mario Talavera, Amar en Silencio; Gabriel Ruiz Galindo responsable de haber musicalizado 38 poemas de López Méndez, entre los cuales Amor, amor y Desesperadamente; Gonzalo Curiel Barba, (Tu Partida); hasta el propio Agustín Lara con Puerto Nuevo y Callecita, entre otros muchos conocidos compositores. Otros versos Otros versos de Ricardo López Méndez que no fueron transportados al pautado alcanzaron fama plena. Destacan además del Credo, Voz en la Piedra (1942), dedicado a Yucatán con motivo del 4º Centenario de la fundación de la Ciudad capital del Estado, Mérida, y cuya edición fue prologada por Antonio Mediz Bolio; Poema en tu cuerpo (1949); Aquí estamos y Morelos. De Voz en la Piedra se recoge, como muestra del estilo del autor, uno de los versos referido a la fundación de la Ciudad de Mérida, la de Yucatán: Hace ya cuatro siglos, los graves sacerdotes de los mayas miraron con asombro, cómo sobre los templos de sus dioses el puño de la espada castellana crucificaba el corazón del viento... Prosa No sólo en la poesía alcanzó renombre López Méndez. Su prosa también mereció elogio del público y de la crítica literaria: Estampas de la Historia de México, La imprenta en Yucatán, Lope de Vega y José María Vigil, son algunos de los libros que salieron de la pluma de este autor. Como periodista colaboró en varios de los más importantes periódicos de Yucatán y de la Ciudad de México: El Diario de Yucatán, El Universal Gráfico, Excelsior, Novedades, El Nacional, acogieron por más de cuarenta años sus artículos. Publicista y locutor Se desempeñó como locutor y publicista destacando su colaboración en la XEW desde la fundación de esa radiodifusora en donde ejerció usando su abaritonada voz junto a la de otros famosos como Pedro de Lille, su paisano Humberto G. Tamayp y Manuel Bernal, gran declamador de México, cuya interpretación del Credo se hizo famosa. Ricardo López Méndez incursionó exitosamente como empresario en la radiodifusión, habiendo fundado y dirigido varias estaciones transmisoras en el territorio mexicano, desde Tamaulipas hasta Yucatán y Quintana Roo. Reconocimientos * Monumento en honor del Vate López Méndez, en Cordemex, Mérida, Yucatán, México * Fue Presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México. * Presea el Monje de Oro de Rubén Darío en la República de Nicaragua * Medalla Yucatán (1967) * Medalla Eligio Ancona (1985) * Medalla Guty Cárdenas (1976) otorgada por el Ayuntamiento de Mérida. * Hijo Predilecto en varias entidades federativas de México. * Es frecuente encontrar su busto en bronce, señal de homenaje público, en parques y *jardines de la Ciudad de México, Yucatán y otros estados de México. * Desde principios del 2009 hay una calle que lleva su nombre en el norte de la ciudad de Mérida, Yucatán aledaña al Centro Cultural Obrero que también ha sido nombrado en su homenaje. Esta calle discurre desde la glorieta, frente al Centro de Convenciones Siglo XXI, hasta la Escuela Normal Rodolfo Menéndez de la Peña. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_López_Méndez

Manuel José Othón

Manuel José Othón (San Luis Potosí, San Luis Potosí, 14 de junio de 1858 – Ibídem, 28 de noviembre de 1906) fue un poeta, dramaturgo y político mexicano que perteneció a los movimientos literarios del romanticismo y modernismo. Es autor del poema Idilio salvaje considerado uno de los poemas más representativos de México. Estudios y primeros años Nació en la ciudad de San Luis Potosí. Recibió instrucción básica en el Seminario Conciliar y estudió abogacía en el Instituto Científico y Literario (que posteriormente sería la Universidad Autónoma de San Luis Potosí) donde se tituló en 1881. Colaboró para las revistas y periódicos * El Búcaro * El Pensamiento * La Esmeralda * La Voz de San Luis * El Correo de San Luis * El Estandarte y * El Contemporáneo. Vida política Ejerció su profesión en comunidades tales como Cerritos, Santa María del Río, Guadalcázar, la misma San Luis Potosí, Saltillo y Torreón. Fue agente del Ministerio Público en su ciudad natal y profesor de su alma máter. Obtuvo el cargo de diputado federal y se integró al Congreso de la Unión en 1900. Vida literaria Othón empezó a escribir poemas desde los 13 años, mucho antes de iniciar su carrera como abogado. A los 21 años publica sus primeras obras bajo el nombre de Poesías y tres años después se editará un nuevo tomo bajo el nombre Nuevas Poesías. Sus poemas se centran en un tema: la naturaleza y la relación de hombre con la misma. Así, en 1902 aparece Poemas rústicos y en 1907 Noche rústica en Walpurgis. La obra más conocida de Othón, que además cuenta con reconocimiento internacional, es Idilio Salvaje, la cual fue publicada en 1906. Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua. Obra póstuma Murió en San Luis Potosí el 28 de noviembre de 1906. En 1964 sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores, en la Ciudad de Mëxico.4 Parte de la obra de Othón fue publicada después de su muerte en antologías de poemas, pero su obra póstuma más importante fue El himno de los bosques que lo realizó en la bella región de la huasteca tamaulipeca en el ejido Gallitos. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_José_Othón

Ignacio Manuel Altamirano Basilio

Ignacio Manuel Altamirano (Tixtla, Guerrero, México, 1834 — San Remo, Italia, 1893) fue un escritor, periodista, maestro y político mexicano. Estudios y vida académica Nació en la población de Tixtla, Guerrero, en el seno de una familia de raza indígena pura, su padre tenía una posición de mando entre la etnia de los chontales. En el año de 1848 su padre fue nombrado alcalde de Tixtla y eso permitió al joven Ignacio Manuel, que a la sazón contaba con 14 años, la oportunidad de asistir a la escuela. Aprendió a leer y a escribir, así como aritmética en su ciudad natal. Realizó sus primeros estudios en la ciudad de Toluca, gracias a una beca que le fue otorgada por Ignacio Ramírez, de quien fue discípulo. Recibió cátedra en el Instituto Literario de Toluca. Cursó derecho en el Colegio de San Juan de Letrán. Perteneció a asociaciones académicas y literarias como el Conservatorio Dramático Mexicano, la Sociedad Nezahualcóyotl, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, el Liceo Hidalgo y el Club Álvarez. Vida política Gran defensor del liberalismo, tomó parte en la revolución de Ayutla en 1854 contra el santanismo, más tarde en la guerra de Reforma y combatió contra la invasión francesa. Después de este periodo de conflictos militares, Altamirano se dedicó a la docencia, trabajando como maestro en la Escuela Nacional Preparatoria, en la de Escuela Superior de Comercio y Administración y en la Escuela Nacional de Maestros; también trabajó en la prensa, en donde junto con Guillermo Prieto e Ignacio Ramírez fundó el Correo de México y con Gonzalo Esteva la revista literaria El Renacimiento, en la que colaboran escritores de todas las tendencias literarias, cuyo objetivo era hacer resurgir las letras mexicanas. Fundó varios periódicos y revistas como: El Correo de México, El Renacimiento, El Federalista, La Tribuna y La República. En la actividad pública, se desempeñó como diputado en el Congreso de la Unión en tres períodos, durante los cuales abogó por la instrucción primaria gratuita, laica y obligatoria. Fue también procurador General de la República, fiscal, magistrado y presidente de la Suprema Corte, así como oficial mayor del Ministerio de Fomento. También trabajó en el servicio diplomático mexicano, desempeñándose como cónsul en Barcelona y París. Otras actividades Abogó y sentó las bases de la instrucción primaria gratuita, laica y obligatoria a partir del 5 de febrero de 1882. Fundó el Liceo de Puebla y la Escuela Normal de Profesores de México; y para el mundo en general, escribió varios libros de gran éxito en su época, al cultivar diferentes estilos y géneros literarios. Sus estudios críticos se publicaron en revistas literarias de México. Existe una recopilación de los discursos de Ignacio Manuel Altamirano. Amó las leyendas, las costumbres y las descripciones de paisajes de México. En 1867, comenzó a destacar por lo magistral de su obra, orientó su literatura hacia la afirmación de los valores nacionales, y destacó también como historiador literario y crítico, que fue el abanderado de varias generaciones. Murió en Italia en 1893, en una misión diplomática. Con motivo del centenario de su natalicio, sus cenizas fueron depositadas en la Rotonda de las Personas Ilustres en la Ciudad de México.1 Se creó la medalla "Ignacio Manuel Altamirano" con la finalidad de premiar los 50 años de labor docente. Obras Escribió varios libros de gran éxito en su época, cultivó el cuento y el relato, la crítica y la historia; el ensayo y la crónica, la biografía y los estudios bibliográficos, la poesía y la novela. Su obras literarias retratan la sociedad mexicana de época, entre las más destacadas se encuentran: * Rimas (1880) * Clemencia (1869) * El Zarco (póstuma) * Antonia y Beatriz * Atenea * Cuentos de invierno (1880) * La Navidad en las montañas (1871) * Paisajes y leyendas, tradiciones y costumbres de México (1886) * Crónicas de la semana (1869) * La literatura nacional (1849) * Obras (1899) * Obras literarias completas (1859) * Obras completas (1886) Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Manuel_Altamirano

José Gorostiza

José Gorostiza Alcalá (San Juan Bautista, hoy Villahermosa, Tabasco, 10 de noviembre de 1901 - Ciudad de México, 16 de marzo de 1973) fue un poeta mexicano, formó parte del grupo de la revista Contemporáneos (1928-1931). Se trasladó a la Ciudad de México y en 1920 concluyó los estudios de bachiller en Letras. Perteneció al llamado grupo de Los Contemporáneos (1928-1931). Fue profesor de Literatura Mexicana en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, en 1929; de Historia Moderna en la Escuela Nacional de Maestros, en 1932, y jefe del Departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación Pública. De 1958 a 1963 trabajó como subsecretario de la Secretaría de Relaciones y como secretario de la misma en 1964. Fue miembro del servicio diplomático como canciller de primera en el servicio exterior, para lo que se trasladó a Londres en 1927. De 1937 a 1939 fungió como segundo secretario de la Legación en Copenhague y como Primer secretario en Roma de 1939 a 1940. En 1944 se desempeñó como ministro plenipotenciario y director general de Asuntos Políticos y del Servicio Diplomático; en 1946 fue asesor del representante de México ante el Consejo de Seguridad de la ONU. De 1950 a 1951 fue embajador de México en Grecia. De 1953 a 1964 participó como delegado en muchas conferencias internacionales y de 1965 a 1970 ocupó la presidencia de la Comisión Nacional de Energía Nuclear. El 14 de mayo de 1954 fue electo miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, correspondiente de la española, y el 22 de marzo de 1955 lo fue de número, en la silla número XXXV,1 aunque sus biógrafos refieren que no fue un hombre de cenáculo. A pesar de sus dotes fue un literato prolífico; hay quien opina que sus actividades diplomáticas y políticas se le permitieron. Publicaciones Publicó únicamente cuatro libros: el primero, Canciones para cantar en las barcas (1925), se caracteriza por la pureza de su línea y delicadeza de su lirismo. La interrelación de estos elementos le permitió escribir poemas aparentemente simples, pero sumamente complejos en su significación y lirismo. Después de catorce años, durante los cuales sus poemas permanecieron inéditos o dispersos en revistas y antologías, apareció Muerte sin fin (1939), uno de los más importantes poemas largos escritos en español; en éste, los versos dejan la simplicidad y, sin abandonar el diálogo entre vida común y expresión exacta, se sumergen en una búsqueda poética exhaustiva del ser, en el mundo y en la muerte. En 1964 apareció Poesía, libro en el que reúne las obras anteriores, además de poemas y fragmentos bajo el título "Del poema frustrado", y el ensayo "Notas sobre poesía", que había pronunciado como discurso de ingreso en la Academia de la Lengua. En 1969 publicó un volumen de Prosa. Valoración de su obra Si el nombre de Gorostiza se compara con los nombres de algunos de los mayores poetas universales, es porque en efecto la breve obra de este autor es también la de uno de los más profundos poetas de nuestra época. De espíritu sutil y profundo, se le conoce como "el poeta de la inteligencia". Artista valeroso y exigente, cuyo resultado es la pureza más acendrada de la esencia lírica. Premios * Premio Mazatlán de Literatura 1964 con Obras * Premio Nacional de Ciencias y Artes en Literatura 1968. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/José_Gorostiza

Jorge Cuesta

Jorge Mateo Cuesta Porte-Petit (1903-1942) fue un químico, poeta, ensayista y editor mexicano. Nació en Córdoba, Veracruz, en donde realizó sus primeros estudios. En la Ciudad de México estudió la carrera de ciencias químicas. En 1927 conoció a Guadalupe Marín (entonces esposa del pintor Diego Rivera), que más tarde sería su esposa, y ese mismo año publicó su polémica Antología de la poesía mexicana moderna. En 1928 viajó a Europa, donde estuvo en contacto con André Breton, Carlos Pellicer, Samuel Ramos y Agustín Lazo. A partir de 1930 formó parte del grupo Los contemporáneos, quienes lo llamaron "El Alquimista". Su poesía es descarnada, racionalista, utiliza como temas la ansiedad, el pesimismo, la vejez, la muerte, el equilibrio, etc. Privilegió la forma del soneto. Su poema más ambicioso y mejor logrado es "Canto a un dios mineral", que es agrupado por la crítica en la tradición mexicana del poema filosófico junto con "Primero Sueño" de Sor Juana Inés de la Cruz, "Muerte sin fin" de José Gorostiza, "Blanco" de Octavio Paz e "Incurable" de David Huerta. Colaboró en la Revista Ulises, El Universal, contemporáneos, Voz nacional, Letras de México y El Nacional. En 1932 fundó la revista Examen. Su poesía fue recopilada póstumamente en dos ediciones, una prologada por Alí Chumacero y otra por Elías Nandino y Rubén Salazar Mallén. En 1964 la Universidad Nacional Autónoma de México publicó todo lo que se conoce de su obra poética y ensayística en cuatro volúmenes. Jorge Cuesta se quitó la vida el 13 de agosto de 1942 en el sanatorio del doctor Lavista, en Tlalpan. Tenía 38 años cuando, aprovechando un descuido de los enfermeros, se colgó con sus propias sábanas de los barrotes de la cama. Había sido internado por un segundo acceso de locura que lo había llevado a acuchillarse los genitales. Recaía en una crisis de paranoia que había superado en el Hospital Mixcoac dos años antes. Una noche, en un café, Cuesta dejó escrita la siguiente frase en un papel: "Porque me pareció poco suicidarme una sola vez. Una sola vez no era, no ha sido suficiente". Con el tiempo estas palabras se han convertido en profecía cumplida pues, efectivamente, el suicidio de Cuesta tiene que ser revivido por cada lector que se interna en su "Canto a un dios mineral" con el ánimo de entender este poema que ha sido calificado de "hermético". Porque, en realidad, como dijo Rubén Salazar Mallén, su poesía es oscura sólo para quienes no conocen su vida o, en palabras de Alí Chumacero, su poesía es poco diferente de lo que vivió. Referencias wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Cuesta

Francisco de Icaza

Francisco Asís de Icaza y Beña (Ciudad de México, 2 de febrero de 1863 - Madrid, 28 de mayo de 1925) crítico y poeta mexicano. Su labor crítica se centró en temas literarios españoles. Vida Francisco de Icaza se dedicó desde su juventud a la carrera diplomática. Fue amigo de don Vicente Riva Palacio, quien, al ser nombrado ministro de México en España, lo llevó consigo como secretario. Fue ministro plenipotenciario en Alemania y en España. En España, pasó la mayor parte de su vida, primero en calidad de diplomático y tras el estallido de la Revolución mexicana, en condición de exiliado. Representó a México en el III Centenario del Quijote en Madrid en 1905. Fue conocido primero como poeta, pero alcanzó notoriedad entre sus primeros ensayos citar el titulado Examen de críticos en 1894. En 1901 fue premiado su libro sobre las Novelas ejemplares de Cervantes (1901), en un certamen de Ateneo de Madrid. Publicó estudios de historia literaria. Sus poesías fueron publicadas en la Revista Azul. Académico Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua. En España, fue miembro de la Real Academia de la Historia y de la Academia de Bellas Artes. En su país natal, seis años antes de su muerte, se convirtió en uno de los impulsores y fundadores de la Academia Mexicana de la Historia, que celebró su sesión inaugural en 1919, en su sede de la calle de San Ildefonso de la capital mexicana. Ocupó el sillón 5, de 1919 a 1925.3 En el acta de inauguración figuran como miembros fundadores, junto a Francisco A. de Icaza, otros eruditos tan notables como Luis García Pimentel, el padre Mariano Cuevas, el marqués de San Francisco (Manuel Romero de Terreros), el padre Jesús García Gutiérrez, Jesús Galindo y Villa, Luis González Obregón y Juan B. Iguíniz. Publicaciones y obras En el Boletín de la Real Academia Española publicó numerosos artículos y ensayos críticos centrados en la literatura española del Siglo de Oro, siendo uno de los grandes especialistas de su tiempo. Realizó el estudio monográfico El Quijote durante tres siglos en 1915. En esta línea de trabajo, su obra más relevante es una investigación sobre la peripecia vital del Fénix de los ingenios que fue publicada en 1925 bajo el título de Lope de Vega. En 1925, su obra Sus amores y sus odios y otros estudios, fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura. Francisco de Asís de Icaza fue también un notable poeta que gozó del reconocimiento de sus contemporáneos, sobre todo por su perfecta asimilación de la poesía tradicional española. Entre sus poemarios impresos se encuentran, Lejanías publicado en 1892, La canción del camino en 1906 -obra en la que alcanzó sus mayores logros a la hora de adaptar a la pluma de un autor culto como él las formas populares- y Cancionero de la vida honda y de la emoción fugitiva en 1922. Fue en España donde Icaza comenzó a frecuentar los foros y cenáculos literarios y donde entabló amistad, en plena juventud, con algunos poetas modernistas de la talla del cubano Julián del Casal y el malagueño Salvador Rueda. En Madrid también, cuando ocupaba ya el cargo de embajador de México, nació en 1899 su hija Carmen de Icaza, una de las figuras más representativas de la narrativa española del siglo XX escrita por mujeres. El viaje a su país natal en 1924 fue amargado por la polémica a que dio lugar la publicación del Diccionario autobiográfico de conquistadores y pobladores de la Nueva España en Madrid en 1923, parte de cuyo material había sido compilado por Francisco del Paso y Troncoso. Tradujo al español obras de Nietzsche, Hebbel, Liliencron y Dehmel. Su más famosa frase es: Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada Versos de Francisco de Icaza recogidos en una placa de Granada. Obras * Examen de críticos (1894) * Supercherías y errores cervantinos. * Las novelas ejemplares de Cervantes. (1901) * El Quijote durante tres siglos (1915) * Lope de Vega. Sus amores y sus odios y otros estudios (1925) Premio Nacional de Literatura. Poemarios: * Lejanías (1892) * La canción del camino (1906) *m Cancionero de la vida honda y de la emoción fugitiva (1922) Referencias Wikipedia—http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Icaza

Guillermo Prieto Pradillo

Guillermo Prieto (Ciudad de México; 10 de febrero de 1818 - Tacubaya; 2 de marzo de 1897) fue un poeta y político mexicano. Estudios y primeras publicaciones Nació el 10 de febrero de 1818 en la Ciudad de México hijo de José María Prieto Gamboa y Josefa Pradillo y Estañol. A los 13 años falleció su padre y su madre perdió la razón. Andrés Quintana Roo fue su benefactor al conseguirle trabajo en la Aduana y al ayudarlo a ingresar al Colegio de San Juan de Letrán. En 1836, bajo la dirección de Andrés Quintana Roo, fundó la Academia de Letrán junto con Manuel Toussaint, y los hermanos José María y Juan Lacunza, cuya característica primordial, era la "tendencia a mexicanizar la literatura". Sus primeras poesías fueron publicadas en el Calendario de Galván y en la revista El Mosaico Mexicano durante 1837 Fue secretario de Valentín Gómez Farías y de Anastasio Bustamante, durante el período presidencial de este último comenzó a colaborar como redactor para el Diario Oficial. Durante la Primera Intervención Francesa en México se enlistó en la Guardia Nacional. Fue crítico teatral en el periódico El Siglo Diez y Nueve, a través de su seudónimo publicó la columna llamada "San lunes de Fidel" de 1841 a 1845, de 1848 a 1858, de 1861 a 1863, y de 1867 a 1896. Colaboró para El Museo Mexicano de 1843 a 1844, para el Semanario Ilustrado publicó correspondencia satírica, para El Monitor Republicano en 1847 y de 1873 a 1885. Perteneció y publicó en El Ateneo Mexicano. En 1845, fundó el periódico Don Simplicio en compañía de Ignacio Ramírez. Se unió en la defensa del ejército federal, durante la Primera intervención estadounidense en México.2 En 1849 colaboró para El Álbum Mexicano y en 1862 para La ChinacaLiberal y político Desde muy joven se afilió al Partido Liberal, y siempre criticó el gobierno de Antonio López de Santa Anna. Escribió para El Monitor Republicano en 1847 y para El Álbum Mexicano en 1849. Durante el gobierno de Mariano Arista se desempeñó como ministro de Hacienda del 14 de septiembre de 1852 al 5 de enero de 1853. Al encontrarse en Guanajuato, se adhirió al Plan de Ayutla, por tal motivo fue desterrado. Al terminar la Revolución de Ayutla, fue nombrado administrador general de Correos y fue ministro de Hacienda en el período presidencial de Juan N. Álvarez.4 Participó como diputado del Congreso Constituyente que elaboró la Constitución de 1857.5 Una vez consumado el golpe de Estado contra el gobierno de Ignacio Comonfort, propiciado por Félix Zuloaga con el Plan de Tacubaya, renunció a su puesto de administrador de Correos y se unió a la causa liberal de Benito Juárez. En Guanajuato, Juárez lo nombró ministro de Hacienda, cargo que ejerció en el gobierno republicano itinerante, durante la Guerra de Reforma. Salvó la vida de Juárez en Guadalajara anteponiéndose a su persona y gritando su famosa frase de «Los valientes no asesinan» cuando el conservador Filomeno Bravo había dado la orden a soldados del 5° regimiento de fusilar al presidente. El 11 de abril de 1858 se embarcó en el puerto de Manzanillo junto con Juárez y su gabinete en el vapor John L. Stephens para a través del Canal de Panamá [cita requerida], dirigirse a La Habana y Nueva Orléans. Después se embarcaron en el vapor Tennessee, con destino al puerto de Veracruz. En San Juan de Ulúa se estableció el gobierno republicano de Juárez. Guillermo Prieto participó en la emisión de las Leyes de Reforma. Intervención francesa y República restaurada Al terminar la Guerra de Reforma, continuó ejerciendo su nombramiento de ministro de Hacienda y fue diputado federal de 1861 a 1863. Cuando comenzó la Segunda Intervención Francesa en México, publicó críticas satíricas en El Monarca y en la La Chinaca. Separado de su cargo como ministro, acompañó a Juárez hacia el Paso del Norte, y ejerció nuevamente la administración de Correos y la dirección del Diario Oficial. En 1866 apoyó a Jesús González Ortega en sus pretensiones de dar término al período presidencial de Juárez y asumir el cargo, pero éste negó la realización del cambio de gobierno por encontrarse en tiempos de guerra. Debido a este motivo, González Ortega y Guillermo Prieto se exiliaron a Estados Unidos. Una vez restaurada la República, Prieto regresó a México y fue elegido diputado federal durante cinco legislaturas sucesivas de 1867 a 1877. Se pronunció en contra de la continuación del gobierno de Juárez publicando folletos, y críticas satíricas en La Orquesta y El Semanario Ilustrado. No obstante, al morir Margarita Maza, Guillermo Prieto pronunció un discurso durante el sepelio: "Es acaso posible que mueran las personas a quienes más amamos, pues que es posible que sólo quede vibrante mi voz para caer como sombra de la muerte, como es posible para mi señora objeto de mi devoción por años y años, contemplar su muerte ... como es posible señalar ... joya blanca, azucena de su hogar modesto, mujer acariciada con los brazos de oro de la virtud y la fortuna" Revolución de Tuxtepec y porfiriato De 1871 a 1873 colaboró para la revista El Domingo y para la revista El Búcaro. Se pronunció en contra del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada. Y durante la Revolución de Tuxtepec decidió apoyar al gobierno legalista de José María Iglesias, de quien fue ministro de Relaciones Exteriores, ministro de Gobernación, ministro de Justicia e Instrucción Pública, ministro de Fomento y ministro de Hacienda durante breves lapsos de octubre de 1876 a marzo de 1877. Durante el porfiriato fue diputado durante nueve legislaturas seguidas de 1880 a 1896. Colaboró para los periódicos La Libertad, El Eco de México, El Republicano, La República, El Federalista, El Tiempo, y El Universal. Vivió en Cuernavaca durante sus últimos años debido a que sufrió una lesión cardíaca. Regresó a la capital para asistir a los funerales de su hijo.1 Murió en Tacubaya, Ciudad de México, el 2 de marzo de 1897 en compañía de su segunda esposa Emilia Golard. Fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres. Obra El periódico La República convocó a un concurso en 1890 para saber quién era el poeta más popular y Prieto ganó. Nombrado por Ignacio Manuel Altamirano “El poeta mexicano por excelencia” y también "El poeta de la Patria”. Obra poética * Versos inéditos (1879). * La musa callejera (1883). * Romancero nacional (1885). Obra en prosa * El alférez (1840). * Alonso de Ávila (1842) * El susto de Pinganillas (1843). * Patria y honra * La novia del erario * Memorias de mis tiempos (1853). * Viajes de orden supremo (1857). * Una excursión a Jalapa en 18758 * Viajes a los Estados Unidos (1877-1878). * Compendio de historia * A mi padre Texto e historia * Diccionario universal de Historia y Geografía (1848) coautor con Manuel Orozco y Berra. * Apuntes para la historia de la guerra entre México y los Estados Unidos (1848) coautor. * Lecciones elementales de economía política (1871). * Breve introducción al estudio de la historia universal (1884). * Lecciones de historia patria (1886). * Breves nociones de economía política (1888). Referencias Wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/Guillermo_Prieto

Xavier Villaurrutia

Xavier Villaurrutia y González (Ciudad de México, 27 de marzo de 1903 - 31 de diciembre de 1950) Escritor mexicano. Alumno del Colegio Francés y de la Escuela Nacional Preparatoria, abandonó muy pronto los estudios de jurisprudencia para consagrarse por entero a la literatura. Junto con otros intelectuales mexicanos, como el poeta y dramaturgo Salvador Novo, fundó las revistas Ulises (1927), cuyo nombre es un homenaje de admiración al escritor irlandés James Joyce, y Contemporáneos (1928), que marcó un hito fundamental en el panorama de la literatura mexicana al aglutinar a un grupo de magníficos poetas comprometidos en una tarea de depuración lingüística y de apertura y renovación del quehacer poético. En este marco se inscriben los versos de sus Nocturnos, publicados en 1933 en el poemario Nostalgia de la muerte, que recurren a la ensoñación, a un mundo onírico en el que el autor da libre curso a sus interrogaciones existenciales, un universo móvil y cambiante, cuya ambigüedad es puesta de relieve, y magníficamente, por un juego de palabras, caro al estilo del poeta cuando utiliza el doble valor del vocablo como sustantivo y como forma verbal. En su visión de la muerte se percibe el concepto calderoniano de "la vida es sueño", concibiendo el tránsito final como un despertar. El tema de la muerte, tan propio de toda la literatura castellana, cantado con severo ascetismo temeroso por Jorge Manrique, adquiere en Villaurrutia una expresión inusitada, con frecuentes imágenes de cuerpos vacíos y de sombras humanas, de genios que sueñan que son hombres. Su poesía otorga una indiscutible importancia, una sugerente función inspiradora, al principio del error freudiano y a la técnica, utilizada ya por los surrealistas, de la inconsciente asociación de ideas potenciada por un mismo fonema, que alude a planos muy distintos de la experiencia. La palabra adquiere así un carácter casi fantasmagórico, que actúa como un espejo donde el poeta se ve siempre devuelto a sí mismo en un insatisfactorio vaivén lleno de ansiedad, revelador de una carencia que es la propia esencia del vivir y que sólo puede concluir con la muerte. Su breve obra poética, que los estudiosos consideran la parte más perdurable de su labor, se completa con Décima muerte y otros poemas, donde Villaurrutia contempla desesperanzado la nada que le acecha, y Cantos a la primavera y otros poemas, publicados póstumamente, en los que parece brillar cierta esperanza de trascendencia, una salida humana a la soledad y la muerte. Pero no debe olvidarse el relevante papel desempeñado por el autor en la renovación de la escena mexicana. En 1935 y 1936, becado por la Fundación Rockefeller, estudió arte dramático en la Universidad de Yale y, ya en su madurez, el poeta se inclinó cada vez más por el teatro, aunque sus obras dramáticas son menos experimentales de lo que podría suponerse considerando su producción poética y el interés que Villaurrutia y sus compañeros de aventuras literarias sentían por las experiencias europeas contemporáneas. Algunos estudiosos han mencionado el parecido de sus obras dramáticas con las de Eugene O'Neill; se le ha reprochado que atiendan más a lo literario que a lo dramático, con muy pocos elementos coloquiales en el diálogo y unas líneas didascálicas muy próximas al terreno narrativo. Incidiendo en el drama psicológico, utilizando temas que giran en torno a las relaciones familiares, opta a menudo por situaciones extraídas de los mitos clásicos griegos, trasladándolos a ambientes contemporáneos. Así, en La hiedra hace una incursión en el tema de Fedra cuando Hipólito, que odia a su madrastra Teresa hasta el punto de verse obligado a alejarse de la familia, regresa convertido en un hombre y no la contempla ya como madrastra sino como una mujer deseable, a la que puede amar. Su producción dramática está siempre teñida por un lirismo que confirma sus inquietudes poéticas, dando a sus fábulas una particular carga psicológica que sobresale en su Yerro candente, de 1944, o en una Tragedia de las equivocaciones que Villaurrutia no pudo ver representada, pues se estrenó después de su muerte. Destacó también su actividad como fundador de empresas teatrales, como el Teatro de Ulises y Orientación que, por su caracter experimental, tuvieron una indiscutible importancia en el desarrollo del teatro vanguardista mexicano y lo llevaron, posteriormente, a dirigir la sección teatral del Departamento de Bellas Artes. Hombre de amplios intereses culturales, Xavier Villaurrutia cultivó también el ensayo (Textos y pre-textos, 1949), el guión cinematográfico (La mujer de todos, 1946), la novela (Dama de corazones, 1928) y tradujo a numerosos autores, como André Gide, William Blake o Anton P. Chéjov. Referencias Biografías y Vidas - www.biografiasyvidas.com/biografia/v/villaurrutia.htm

Fayad Jamís

Fayad Jamís Bernal (1930–1988). Afamado escritor y artista plástico que desde niño es traído a Cuba desde su natal México. Desempeñó diversas labores, algunas de ellas relacionadas con el arte plástico, como dibujante operario en talla de cerámica y vidrio y restaurador de mosaicos en el Museo Nacional. Colaboró con periódicos y revistas, tanto en Cuba como en el exterior y trabajó de profesor de pintura en la Escuela Nacional de Arte. Nació en Zacatecas, México, el 27 de octubre de 1930. Vino de niño a Cuba y concluyó estudios de primaria en Sancti Spíritus. Ingresó luego en la Escuela Anexa a la Academia de Bellas Artes de San Alejandro y más tarde en esta última hasta graduarse en 1952. Muy joven aún fue jefe de redacción de Superación (1948) y de Acción (1949), de Guayos, en la provincia de Las Villas. Desempeñó diversas labores, algunas de ellas relacionadas con el arte plástico, como dibujante operario en talla de cerámica y vidrio y restaurador de mosaicos en el Museo Nacional. En 1954 se trasladó a París. Durante su estancia en la capital francesa recibió un curso de religiones semíticas comparadas en la Escuela de Altos Estudios de la Sorbona. Regresó a Cuba en 1959. Fue coeditor de las Ediciones La Tertulia entre 1959 y 1960 y editor de Ediciones F. J. Fue jefe de la plana cultural de Combate y responsable de Hoy Domingo (1960-1964), suplemento del periódico Hoy. En 1962 participó en el concurso Casa de las Américas como jurado de poesía. Ejerció como profesor de pintura en la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán. Fue miembro del ejecutivo de la Sección de Literatura de la UNEAC entre 1964 y 1966. Ese año fue promovido al secretariado de dicha institución y fue uno de los representantes de los plásticos cubanos en el VIII Congreso de la Asociación Internacional de Arte, celebrado en Tokio. Recorrió España, Bélgica, URSS, República Popular China, Hungría, Checoslovaquia, Japón y México. Es autor de colaboraciones en Orígenes, Ciclón, Islas, Hoy Domingo, Lunes de Revolución, Nueva Revista Cubana, Casa de las Américas, Revista de la Universidad de La Habana, La Gaceta de Cuba, Unión, Les Lettres Francaises y Les Lettres Nouvelles (francesas), El Corno Emplumado, Parva y Poesía de América (mexicanas), Cormorán y Delfín y La Rosa Blindada (argentinas), Svetová Literatuns (checoslovaca), Literatura Extranjera y Literaturnaya Gazeta (soviéticas), Nagy Vilag (húngara) y Secolul XX (rumana). Jamís se convirtió en uno de los autores cubanos mejor conocidos en el exterior, con una bibliografía en la que se cuentan, además de las obras ya referidas, Brújula (1949), Los párpados y el polvo (1954), Vagabundo del alba (1959), Cuatro poemas en China (1961), Los puentes (1962), La victoria de Playa Girón (1964), Cuerpos (Antología, 1966), Abrí la verja de hierro (1973), entre otras. Como pintor expuso en diversas ocasiones. Fue consejero cultural de la Embajada de Cuba en México. Compiló y prologó, con Roberto Fernández Retamar, la antología Poesía joven de Cuba (1959). Tradujo textos de diversos poetas, entre los que se destacan Paul Éluard y Attila Josef. Su libro premiado fue traducido al ucraniano y al chino. Utilizó los seudónimos de Fernando Moro y Onirio Estrada, y las iniciales F.J.N. Murió el 12 de noviembre de 1988. Referencias https://www.ecured.cu/Fayad_Jamís_Bernal

Ignacio Rodríguez Galván

Considerado el primer poeta del Romanticismo mexicano El olvido de Ignacio Rodríguez Galván se debe a un cúmulo de fatalidades: le tocó iniciar la historia literaria de un país devastado por la guerra, ser contemporáneo, como poeta romántico, de Hugo, Byron y Heine y, como cuentista, de Gogol y Merimée, además de morir joven. JEP contribuye a remediar esta injusticia histórica. Por José Emilio Pacheco Ignacio Rodriguez Galván (22 de marzo de 1816; Tizayuca, Hidalgo, México - 26 de julio de 1842; La Habana, Cuba) fue narrador, poeta, dramaturgo, periodista y político mexicano, adscrito al movimiento del romanticismo. Se le considera como el primer romántico mexicano. Ignacio Rodriguez Galván, hijo de campesinos, nació el 22 de marzo de 1816 en Tizayuca, en el estado de Hidalgo, México. Fue miembro de la Academia de San Juan de Letrán. Fue director del Calendario de las Señoritas Mexicanas y fundó el periódico Año Nuevo. Editó El Recreo de las Familias. Fue redactor de la sección literaria del Diario del Gobierno. Estrenó obras basadas en la época colonial como Muñoz, visitador de México y El privado del virrey, sus novelas fueron las primeras novelas cortas mexicanas. Muere el 25 de julio de 1842 en La Habana, Cuba, víctima de la fiebre amarilla a los 26 años de edad cuando se dirigía a Sudamérica como oficial de la legación mexicana. Expertos en el tema: Fernando Tola de Habich, Marco Antonio Campos, José Emilio Pacheco, Jorge Contreras Herrera... http://circulodepoesia.com/nueva/2012/04/siglo-xix-sobre-ignacio-rodriguez-galvan Novela * La hija del oidor (1836) * Manolito el pisaverde (1837) * El visitador (1838) * La procesión (1838) * El secreto (1840) Teatro * La capilla * Muñoz, visitador de México * El privado del Virrey * Tras un mal nos vienen ciento Poesía * La profecía de Guatimoc * A la muerte de un amigo * Al baile del señor presidente * Adiós, oh patria mía * La gota de hiel * La inocencia * Un crimen Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Rodríguez_Galván

Ignacio Ramírez

Juan Ignacio Paulino Ramírez Calzada, mejor conocido por su seudónimo periodístico de el Nigromante (San Miguel el Grande, Guanajuato, 22 de junio de 1818 - Ciudad de México, 15 de junio de 1879), fue un escritor, poeta, periodista, abogado, político e ideólogo liberal mexicano. Es considerado uno de los artífices más importantes del Estado laico mexicano. Vida y carrera Fue hijo de José Lino Ramírez y de Ana María Guadalupe Sinforosa Calzada, indígenas puros. Su padre fue un insurgente durante la Guerra de Independencia de México. Inició sus estudios en Querétaro, ciudad natal de su padre, y en 1835 fue llevado al Colegio de San Gregorio, en la Ciudad de México, donde estudió artes. En 1841 comenzó estudios en jurisprudencia y en 1845 obtuvo el grado de abogado en la Universidad Pontificia de México. Ingresó a los 19 años de edad en la Academia Literaria de San Juan de Letrán, integrada por los hombres más ilustrados de la época. Es célebre en los anales literarios de México la presentación de Ramírez en dicha Academia, donde leyó un discurso sobre un tema tan controversial que entonces hizo el efecto de una explosión de dinamita. Ahí expresó: No hay Dios; los seres de la naturaleza se sostienen por sí mismos. Fue aceptado no obstante las protestas que causó su tesis tan revolucionaria y el discurso que petrificó de estupor a la asamblea. Sin embargo, sería exaltado como el primer orador y más tarde como el mejor escritor de su tiempo. Inicio de su carrera Se inició en el periodismo en 1845 al fundar con Guillermo Prieto y Vicente Segura la publicación periódica Don Simplicio, firmando sus artículos con el seudónimo El Nigromante. Sus colaboraciones se distinguieron por ser encendidos artículos y agudos versos satíricos en donde hacía una terrible censura a los actos del gobierno conservador, abogando por la reforma del país en lo económico, religioso y político, lo que provocó que el periódico fuera suprimido y Ramírez encarcelado. También fundó el periódico Themis y Deucalión, donde publicó un artículo titulado "A los indios", defendiendo a los indígenas y pugnado por su libertad a rebelarse contra la explotación a que eran sometidos; ello lo llevó a juicio pero resultó absuelto gracias a sus artículos editados en El Demócrata, en los cuales defendía su causa. Así mismo, en 1857, en compañía de Alfredo Bablot, fundaron El Clamor Progresista, con el que apoyaron la candidatura presidencial de Miguel Lerdo de Tejada. En la ciudad de San Luis Potosí colaboró en el periódico La Sombra de Robespierre. También escribió para La Chinaca durante 1862; en La Opinión y la Estrella de Occidente, del estado de Sonora, a fines de 1864 y antes de su destierro a Estados Unidos. En unión a Ignacio Altamirano, Guillermo Prieto y otros liberales, en septiembre de 1867 fundó El Correo de México, financiado por Porfirio Díaz. En esta fase de su vida es de mencionarse que también colaboró con El Renacimiento, El Siglo Diez y Nueve y El Monitor Republicano. Vida Política En 1846 fundó el Club Popular, donde divulgó sus ideas liberales avanzadas en materia de reforma política, económica y religiosa, por lo que estuvo en prisión. Al obtener la libertad, el gobernador del Estado de México, admirador de los talentos de Ramírez, lo invitó para organizar su gobierno y éste correspondió trabajando día y noche en la reconstrucción administrativa y también en la defensa del territorio nacional invadido por los norteamericanos. Para predicar con el ejemplo, asistió con el gobernador, Francisco Modesto de Olaguíbel, a la batalla de Padierna; y a pesar de los gastos que demandaba la guerra, restableció el Instituto Literario de Toluca, donde, con la República libre de la invasión, fue catedrático de Derecho y de Literatura, pero a pesar de la irreprochable conducta de Ramírez en su vida íntima, los padres de familia, alarmados por sus ideas liberales, intrigaron hasta lograr su separación. Entre fines de 1848 y principios de 1849, Ignacio Ramírez fue jefe político de Tlaxcala, regresando posteriormente a Toluca dedicándose a la docencia y al ejercicio de su profesión hasta fines de 1851, cuando se trasladó a Sinaloa donde ya se encontraba su hermano, Miguel Ramírez. En 1852 el gobernador de Sinaloa, Plácido Vega, promovió su candidatura a diputado federal por esta entidad, defendiendo el liberalismo en el Congreso de la Unión. A su regreso a Sinaloa, fue secretario del general Plácido Vega, sostuvo enérgicamente la extinción de las 'alcabalas' —un tipo de impuestos—, propuestas durante el gobierno de Pomposo Verdugo. Acompañó a Vega hasta Álamos, Sonora, cuando éste fue derrocado. Posteriormente viajó a Baja California donde descubrió la existencia de zonas perlíferas y canteras de mármol, sobre las que escribió brillantes artículos que revelaron aquella riqueza. En 1853 se fue a radicar por un tiempo a la ciudad de México ejerciendo como profesor en el Colegio Políglota. Criticó fuertemente a Santa Anna, lo que motivó que lo encerraran once meses en prisión y la mayor parte de ese tiempo lo tuvieron encadenado. Al triunfo de la Revolución de Ayutla fue liberado y fungió como secretario personal de don Ignacio Comonfort; al advertir que éste falseaba sus principios liberales, renunció a su puesto para afiliarse con Benito Juárez, Melchor Ocampo y Guillermo Prieto en el partido liberal y combatir con su pluma al renegado. Ramírez y la Constitución Regresó a Sinaloa como juez civil, pero volvió a la capital del país como diputado por el Estado de México al Congreso Constituyente de 1856-1857, donde fue el más notable orador y una de las más grandes figuras del ala izquierda jacobina; fue además miembro de la Comisión de Revisión de Credenciales; su suplente fue don Ramón Isaac Alcaraz, reconocido literato y liberal. Los otros dos diputados propietarios que representaron al estado de Sinaloa fueron los licenciados Antonio Martínez de Castro y Mariano Yáñez. Cabe mencionar que en la Historia del Congreso Constituyente, obra de don Francisco Zarco, el licenciado Ignacio Ramírez ocupó un altísimo lugar como orador parlamentario y líder del radicalismo. Ramírez y la Reforma El Nigromante también participó en la elaboración de las Leyes de Reforma, siendo uno de los liberales más puros. Al ser derrotados los conservadores, el presidente Benito Juárez lo nombró Secretario de Justicia e Instrucción Pública, cargo que desempeñó del 21 de enero al 9 de mayo de 1861. Durante su gestión creó la Biblioteca Nacional y unificó la educación primaria en el Distrito Federal y territorios federales. Ramírez como Ministro de Fomento Del 19 de marzo al 3 de abril de 1861 ocupó la Secretaría de Fomento. Asumió la responsabilidad de la exclaustración de las monjas; reformó la ley de hipotecas; hizo efectiva la independencia del Estado de la Iglesia; reformó el plan general de estudios; dotó con equipo los gabinetes del Colegio de Minería; seleccionó un excelente cuadro de profesores de la Academia de San Carlos; salvó cuadros de pintura que existían en los conventos, con los cuales formó una rica colección y formó una galería completa de pintores mexicanos; designó a los pintores Clavé, Cavalari y Sojo para que salvaran del Colegio de Tepozotlán los tesoros de arte en arquitectura, pintura, tallado e incrustaciones que contenía aquel magnífico Museo. La honradez de Ramírez fue acrisolada, pues cuando fue ministro pasaron por sus manos millones de pesos y nadie osó decir que se hubiera apropiado lo más mínimo de los tesoros que manejó. No tomó jamás ni un solo libro de los millares de volúmenes sacados de las bibliotecas de los conventos, ni una pieza de los centenares de cuadros extraídos de los claustros. No insinuó ni aceptó la menor recompensa por sus persecuciones y miserias que pasó por largos años, ni se adjudicó la más pequeña propiedad para pasar holgadamente el resto de sus días. En Puebla, trabajó en la desamortización de los bienes del clero y en septiembre de 1861 fue electo presidente del Ayuntamiento de la Ciudad de México. Ramírez durante la Intervención Francesa Durante la guerra de intervención, combatió a los franceses en Mazatlán. En el período de 1863 a 1865, mantuvo correspondencia con Guillermo Prieto, la que posteriormente se publicaría como Cartas a Fidel. En noviembre de 1864, residiendo en Sinaloa, defendió a presos políticos y escribió para La Opinión y La Estrella de Occidente, hasta que fue desterrado a Estados Unidos. Regresó a México antes de la caída de Maximiliano y fue encarcelado en San Juan de Ulúa y posteriormente en Yucatán. Ramírez en la Suprema Corte de Justicia El Congreso de la Unión lo nombró magistrado de la Suprema Corte de Justicia, cargo que ejerció durante doce años. De ese puesto no se separó sino al ser llamado por el presidente Porfirio Díaz, después de la batalla de Tecoac, para hacerlo Ministro de Justicia e Instrucción Pública, puesto que desempeñó pocos meses y por dos ocasiones, la primera del 28 de noviembre al 6 de diciembre de 1876, y la segunda del 17 de febrero al 23 de mayo de 1877. Después, regresó a ocupar el cargo de Magistrado de la Suprema Corte de Justicia, hasta su muerte registrada en la Ciudad de México el 15 de junio de 1879 por causa de un infarto. Reconocimiento y homenajes La Secretaría de Fomento publicó en dos tomos la obra dispersa de Ramírez que pudo encontrarse en periódicos revolucionarios; pero con lo publicado basta para proclamar que Ignacio Ramírez es uno de los altos representativos de las letras mexicanas y digno de ocupar su puesto en la Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México. Mediante el decreto número 56, publicado en el Periódico El Estado de Sinaloa, No. 18, del 14 de febrero de 1957, el Congreso del Estado de Sinaloa declaró Benemérito del Estado al ciudadano Licenciado Ignacio Ramírez, así mismo acordó se escribiera con letras de oro en el Salón de Sesiones del Palacio Legislativo la siguiente inscripción: "Lic. Ignacio Ramírez, "El Nigromante", Constituyente del Estado de Sinaloa. 1857." Un pueblo del Municipio de Guadalupe Victoria, Durango, lleva su nombre y esta dedicado a la agricultura y tiene alrededor de 5,000 habitantes, así mismo, en gran cantidad de ciudades del país existen calles con su nombre. El Centro Cultural Ignacio Ramírez "El Nigromante" (San Miguel de Allende, Guanajuato). Y existe una estatua suya en el Paseo de la Reforma. Mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central Su ateísmo fue causa de escándalo cuando el muralista Diego Rivera pintó un mural en el hotel Del Prado con Ignacio Ramírez sosteniendo un letrero diciendo "Dios no existe". Rivera se rehusó a eliminar la frase por lo que el mural estuvo oculto por 9 años - luego de que Rivera acordara eliminarlo. El afirmó: "Para decir que Dios no existe, no tengo que esconderme detrás de don Ignacio Ramírez; soy un ateo y considero la religión una forma de neurosis colectiva. No soy enemigo de los católicos, así como no soy enemigo de los tuberculosos, los miopes o los paralíticos; uno no puede ser enemigo de alguien enfermo, sólo su buen amigo para ayudarlos a curarse". El fresco fue agredido por estudiantes católicos, hubo marchas de católicos indignados y tuvo que ser cubierto hasta que el pintor lo cambió por "Academia de Letrán 1836", en alusión al sitio donde el Nigromante pronunció la provocativa frase, durante su discurso de ingreso a dicha academia. Referencias Wikipedia – http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Ramírez




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