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Nocturno

¡Oh, qué gran corazón el corazón del campo,
en esta noche azul y pura y reverente,
todo lleno de amor y de piedad sagrada
y fuerza suficiente!
 
Yo lo escucho latir y comprendo mi vida:
me parece tan clara, tan profunda, tan simple,
y tiene como el mar y el monte puro
su raíz en el tiempo sumergida.
 
Yo le siento latir y una onda inefable
y cordial y vital me conforta,
y no pienso que soy un barro deleznable,
y que la brega es dura y corta.
 
Toda inquietud es vana, la desazón soporta
–me está diciendo a voces un amigo interior.
El minuto es florido, sonoro y halagüeño...
y el corazón del campo te dará su vigor
para entrar en el último sueño.
Preferido o celebrado por...
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