Por las calles, ¿quién aquél? ¡El tonto de Rafael! Tonto llovido del cielo, del limbo, sin un ochavo. Mal pollito colipavo,

¡Nostalgia de los arcángeles! Yo era... Miradme. Vestido como en el mundo, ya no se me ven las alas.

¡Nunca! No lo diré. Más si lo dig… no culpéis a mi lengua, sí al torm… que irresponsabiliza al pensamient… que descuaja al dolor el enemigo. Si un silencio de muerte irá conmi…

¿Por qué me miras tan serio, carretero? Tienes cuatro mulas tordas, un caballo delantero, un carro de ruedas verdes,

En un verso de ocho sílabas ¿qué no cabrá, si es una y tan sólo en ella cabe el mar? Ocho sílabas son muchas

Viento contra viento. Yo, torre de mando, en medio. Remolinos de ciudades bajan los desfiladeros. Ciudades del viento sur,

¿Quién rompió las doradas vidriera… del crepúsculo? ¡Oh cielo descubie… del montes, mares, viento, paramer… y un santoral del par en par abier… Tres arcángeles van por las prader…

Ángeles malos o buenos, que no sé, te arrojaron en mi alma. Sola, sin muebles y sin alcobas,

A ti, contorno de la gracia humana… recta, curva, bailable geometría, delirante en la luz, caligrafía que diluye la niebla más liviana. A ti, sumisa cuanto más tirana

Gentes de las esquinas de pueblos y naciones que no están… comentaban. —Ese hombre está muerto y no lo sabe.

«Javier inició el paso. De su tiendecilla de pino cogió un racimo de uvas de la cena y, comiéndoselo, siguió andando entre los troncos. El bosque se había llenado de gente: refugiados d...

Verde, lenta, la tortuga. ¡Ya se comió el perejil, la hojita de la lechuga! ¡Al agua, que el baño está rebosando!

Sin dueño, entre las ortigas, piedra por pulir, brillabas. Pie invisible. (Entre las ortigas, nada.) Pie invisible de la ira.

—Bien puedes amarme aquí, que la luna yo encendí, tú, por ti, sí, tú, por ti. —Sí, por mí. —Bien puedes besarme aquí,