Yo soy Rafael Alberti, el que trabajó un tiempo en gongorinos mármoles la forma de su voz. El que haciéndose huésped becqueriano de las nieblas se agarró en lucha desesperada con los án...

Gentes de las esquinas de pueblos y naciones que no están… comentaban. —Ese hombre está muerto y no lo sabe.

Por la tarde, ya al subir; por la noche, ya al bajar; yo quiero pisar la nieve azul del jacarandá. ¿Es azul, tarde delante?

Dejé por ti mis bosques, mi perdid… arboleda, mis perros desvelados, mis capitales años desterrados hasta casi el invierno de la vida. Dejé un temblor, dejé una sacudida…

Sabes tanto de mí, que yo mismo qu… repetir con tus labios mi propia p… elegir un pasaje de mi vida primer… un cometa en la playa, peinado por… No tengo que esperar ni que decirt…

No quiero, no, que te rías, ni que te pintes de azul los ojos, ni que te empolves de arroz la car… ni que te pongas la blusa verde, ni que te pongas la falda grana.

«No vine a ti para alabar la niebla que te difumina ni esa escarcha que te hace entrar en una caja cristalina. Ni vine a ver cómo se clava

A ti, lino en el campo. A ti, ext… superficie, a los ojos, en espera. A ti, imaginación, helos u hoguera… diseño fiel o llama desceñida .

—Aquí está el general. ¿Qué quiere el general? —Una espada desea el general. —Ya no existen espadas, general. ¿Qué quiere el general?

Príapo: ...Despierta, sí, cerrada caverna de coral. Voy por tus breñ… cabeceante, ciego, perseguido. Ábrete a mi llamada,

¿Por qué me miras tan serio, carretero? Tienes cuatro mulas tordas, un caballo delantero, un carro de ruedas verdes,

Ese ángel, ése que niega el limbo de su fotog… y hace pájaro muerto su mano. Ese ángel que terne que le pidan l…