Toca la campana de la catedral. Y yo sin zapatos, yéndome a casar! Donde esta mi velo,

Siempre es todo ojos. No te quita los ojos. Se come las palabras con los ojos. Es el siete ojos. Es el cien mil ojos en dos ojos.

A un niño, a un solo niño que iba… para ángel indiferente de una esca… Mirad. Conteneos la sangre, los o… A sus pies, él mismo, sin vida. No aliento de farol moribundo,

Inmóviles, clavadas, mudas mujeres… y hombres sin voz, lentos, de las… quieren, quisieran, querrían pregu… —¿Cómo tú por aquí y en otra parte… Querrían hombres, mujeres, mudos,…

Soy Pinochet, el Funeral Verdugo… el gran Funeralísimo chileno. Tengo por alma un batallón de cien… y por cabeza un general tarugo. Cuando mato me arrugo y desarrugo

El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad? ¿Por qué me desenterraste

¡Ah, Miss X, Miss X: 20 años! Blusas en las ventanas, los peluqueros lloran sin tu melena —fuego rubio cortado—.

Dentro del pecho se abren corredores anchos, largos, que sorben todas las mares. Vidrieras, que alumbran todas las calles.

«Pasado el primer melancólico invierno, ya contemplando Madrid disuelto en la neblina, bajo la nieve o a la luz de esos cielos tan suyos, tensos de azules congelados; ya consolándome co...

Precipitadas las luces por los derrumbos del cielo, en la barca de las nieblas bajaste tú, Ceniciento. Para romper cadenas

Cuando para mí eran los trigos viv… y la escarcha los lloros helados d… alguien me enyesó el pecho y la so… traicionándome. Ese minuto fue el de las balas per…

Madrid, corazón de España, late con pulsos de fiebre. Si ayer la sangre le hervía, hoy con más calor le hierve. Ya nunca podrá dormirse,

De ti, ¿qué será de ti? Cuando te quedes sin mí, ¿qué luz te llevará a ti, qué sombra a mí?