#Andaluces #Españoles #Generación27 #PremioNobel #SigloXX (1925) La amante
No quiero, no, que te rías, ni que te pintes de azul los ojos, ni que te empolves de arroz la car… ni que te pongas la blusa verde, ni que te pongas la falda grana.
Para algo llegaste, Altair, desce… de tu constelación en pleno día. Nunca bajó una estrella a enramarse del sol de los olivos, ni la cal de los pueblos
Subes del mar, entras del mar ahor… Mis labios sueñan ya con tus sabor… Me beberé tus algas, los licores de tu más escondida, ardiente flor… .
Viento contra viento. Yo, torre de mando, en medio. Remolinos de ciudades bajan los desfiladeros. Ciudades del viento sur,
Ese ángel, ése que niega el limbo de su fotog… y hace pájaro muerto su mano. Ese ángel que terne que le pidan l…
Madrid, corazón de España, late con pulsos de fiebre. Si ayer la sangre le hervía, hoy con más calor le hierve. Ya nunca podrá dormirse,
Un papel desvelado en su blancura. La hoja blanca de un álamo intacha… El revés de un jazmín insobornable… Una azucena virgen de escritura. El albo viso de una córnea pura.
Niebla», tú no comprendes: lo cant… el tabaco inocente, tonto, de tu m… los largos resplandores que por el… al saltar, rayo tierno de brizna d… Mira esos perros turbios, huérfano…
—Bien puedes amarme aquí, que la luna yo encendí, tú, por ti, sí, tú, por ti. —Sí, por mí. —Bien puedes besarme aquí,
Que eres loba de mar y remadora, Virgen del Carmen, y patrona mía, escrito está en la frente de la au… cuyo manto es el mar de mi bahía. Que eres mi timonel, que eres la g…
¡Quiero retratarme, quiero, con mi traje de lancero, con mi casco y su plumero, y quiero ser el primero! Quietecito, quietecito
¡A la mar, si no duermes, que viene el viento! Ya en las grutas marinas ladran sus perros. ¡Si no duermes, al monte:
«Javier inició el paso. De su tiendecilla de pino cogió un racimo de uvas de la cena y, comiéndoselo, siguió andando entre los troncos. El bosque se había llenado de gente: refugiados d...
«Pasado el primer melancólico invierno, ya contemplando Madrid disuelto en la neblina, bajo la nieve o a la luz de esos cielos tan suyos, tensos de azules congelados; ya consolándome co...
Un barco al pasar me trajo las ventanas de mi colegio. Era una plaza redonda con dos araucarias en medio. A las seis se abría una puerta