Carcelera, toma la llave que salga el preso a la calle. Que vean sus ojos los campos y tras los campos, los mares, el sol, la luna y el aire.

Oh tú mi amor, la de subidos senos en punta de rubíes levantados los más firmes, pulidos, deseados, llenos de luz y de penumbra llenos… .

Toca la campana de la catedral. Y yo sin zapatos, yéndome a casar! Donde esta mi velo,

Es más, estáis de acuerdo con los asesinos… con los jueces, con los legajos turbios de los min… con esa bala que de pronto puede h…

Por allí, hondo, una humedad ardie… blando, un calor oscuro el que all… sofocado anhelar el que se hundía, doblándose y muriendo largamente. Labios en labios que no ataca dien…

¡Qué altos los balcones de mi casa! Pero no se ve la mar. ¡Qué bajos! Sube, sube, balcón mío,

«Pálida Sajonia fina, labrada de filigrana. Hoy cubre la nieve alpina tus bosques de porcelana. ¡Qué pulimento acabado!

Las cochinillas de humedad, las mariquitas de San Antón, también vagaba la lombriz y patinaba el caracol. Infancia mía en el jardín;

«Pasado el primer melancólico invierno, ya contemplando Madrid disuelto en la neblina, bajo la nieve o a la luz de esos cielos tan suyos, tensos de azules congelados; ya consolándome co...

(Muerte) A un niño, a un solo niño que iba… para ángel indiferente de una esca… Mirad. Conteneos la sangre, los o… A sus pies, él mismo, sin vida.

erás entre meadas y meadas, más meadas de todas las larguras: unas de perros, otras son de curas y otra quizá de monjas disfrazadas… .

Branquias quisiera tener, porque me quiero casar. Mi novia vive en el mar y nunca la puedo ver. Madruguera, plantadora,

Verde, lenta, la tortuga. ¡Ya se comió el perejil, la hojita de la lechuga! ¡Al agua, que el baño está rebosando!