De sombra, sol y muerte, volandera grana zumbando, el ruedo gira heri… por un clarín de sangre azul torer… Abanicos de aplausos, en bandadas, descienden, giradores, del tendido…

«No vine a ti para alabar la niebla que te difumina ni esa escarcha que te hace entrar en una caja cristalina. Ni vine a ver cómo se clava

¡Nunca! No lo diré. Más si lo dig… no culpéis a mi lengua, sí al torm… que irresponsabiliza al pensamient… que descuaja al dolor el enemigo. Si un silencio de muerte irá conmi…

A través de una niebla caporal de… miro al río de Francia moviendo escombros tristes, arrast… por el pesado verde ricino de sus… Mis ventanas

La cabra te va a traer un cabritillo de nieve para que juegues con él. Si te chupas el dedito, no te traerá la cabra

Ni el humo, ni el vapor, ni la neb… Lejos de aquí ese aliento que dest… Una luz en los huesos determina y con la sombra cómplice construye… Pensativa sustancia la pintura,

Aun verdes, imagino que algún día de algún año pasado, un curso ido, sobre un mapa en el tiempo desvaíd… estudiábamos juntos geografía. Como los papagayos colegiales,

Blanca-nieve se fué al mar, ¡Se habrá derretido ya! Blanca-nieve, flor del norte se fué al mar del mediodía, para su cuerpo bañar.

Príapo: ...Despierta, sí, cerrada caverna de coral. Voy por tus breñ… cabeceante, ciego, perseguido. Ábrete a mi llamada,

¡Arriba, trabajadores madrugadores! ¡En una mulita parda baja la aurora a la plaza el aura de los clamores,

A través de los siglos, por la nada del mundo, yo, sin sueño, buscándote. Tras de mí, imperceptible, sin rozarme los hombros,

«Yo me siento muy andaluz, pero no de esa manera localista (...): un andaluz un poco de circunstancias, un andaluz un poco gracioso. Eso no me entusiasma, porque los andaluces de la gen...

Entraña de estos cantares: ¡Sangre de mi corazón, tarumba por ver los mares! El mar. La mar. El mar. ¡Sólo el mar!

Por las calles, ¿quién aquél? ¡El tonto de Rafael! Tonto llovido del cielo, del limbo, sin un ochavo. Mal pollito colipavo,