#EscritoresColombianos
Vicio divino, que a groseros vicio… Me hiciste despreciar, Y las mil vanidades y artificios Del tráfico vulgar; Sacro elixir que al corazón y al a…
Doble es el hombre; ángel y bestia… Disputándose el cetro en lucha ing… Doble es el mundo:—espíritu y sent… Cada cual en su mundo se dilata. Doble es la vida: a todos los naci…
No ya mi corazón desasosiegan Las mágicas visiones de otros días… ¡Oh Patria! ¡oh casa! ¡oh sacras… Silencio! Unas no son, otras me n… Los gajos del pomar ya no doblegan
¿Qué instinto misterioso al hombre… Al despego y frialdad por todo aqu… Que ya conoce, y a vestir de encan… Y aun perseguir con afanosa indust… Todo lo que le es desconocido?
Casta madonna del siglo trece, En fondo de oro la blanca luna; Un cielo inmenso, sin mancha algun… Que al que lo mira rejuvenece, Y en su éter puro nos desvanece,
Un campesino que en su alacena guardaba un queso de Nochebuena, oyó un ruidito ratoncillesco por los contornos de su refresco. Y pronto, pronto, como hombre list…
Bien pueden su hojarasca y polvo y… Acumular los años sobre ti. Mi corazón sacude el turbio velo, Y siempre te hallo, ¡oh dádiva del… Fresca y radiante en mí.
El niño—Mariposa, Vagarosa Rica en tinte y en donaire ¿Qué haces tú de rosa en rosa? ¿De qué vives en el aire?
Para conjurar el tedio De este vivir tan maluco Dios me depare un bambuco, Y al punto, santo remedio. Buena orquesta de bandola
¡Oh perfecto presente del pasado, Vida de tanto amado ausente y muer… Que poblando aquel fúnebre desiert… Burlas del tiempo el hierro despia… En mi hoy, más prosaico y desolado
El hijo de Rana, Rinrín Renacuaj… salió esta mañana, muy tieso y muy… con pantalón corto, corbata a la m… sombrero encintado y chupa de boda… “¡Muchacho, no salgas!” le grita m…
Quiso el niño Cutufato Divertirse con un gato; Le ató piedras al pescuezo, Y riéndose el impío Desde lo alto de un cerezo
Una abeja resentida vengar su afrenta juró; picó al otro, y se vengó, mas quedó muerta en la herida.
Viénele a un mono la chusca idea De ornar con flores a una marrana, Y ella al mirarse ya tan galana, Envanecida se contonea. Y a cuantos mira grúñeles: ¡ea!