#EscritoresMexicanos (1932) El corazón del son
Mi vida, enferma de fastidio, gust… de irse a guarecer año por año a la casa vetusta de los nobles abuelos como a refugio en que en la paz di…
Tú no eres en mi huerto la pagana rosa de los ardores juveniles; te quise como a una dulce hermana y gozoso dejé mis quince abriles cual un ramo de flores de pureza
Del fondo de mi alma oscura van hasta ti mis dolores como una sarta de flores en empobrecida blancura. Del ensueño a la luz pura,
Tus otoños me arrullan en coro de quimeras obstinadas; vas en mí cual la venda va en la h… en bienestar de placidez me embria… la luna lugareña va en tus ojos
Tenías un rebozo en que lo blanco iba sobre lo gris con gentileza para hacer a los ojos que te amaba… un festejo de nieve en la maleza. Del rebozo en la seda me anegaba
¡Oh vírgenes rebeldes y sumisas: convertidme en el fiel reclinatori… de vuestros codos y vuestras sonri… y en la fragua sangrienta del holg… en que quieren quemarse vuestras p…
Plaza de Armas, plaza de musicale… frente a frente del rudo y enano s… plaza en que se confunden un obsti… lírico y una cierta prosa municipa… plaza frente a la cárcel lóbrega y…
Si vieras, amiga, qué espacio transcurre mi lenta ex… la marcha inmutable del tiempo fat… mi añeja dolencia; mis torvos fastidios apenas mitiga
Piernas eternas que decís de Luisa La Vallière y de Thaís...
Noble señora de provincia: unidos en el viejo balcón que ve al ponie… hablamos tristemente, largamente, de dichas muertas y de tiempos ido… De los rústicos tiestos florecidos
Huérfano quedará mi corazón, alma del alma, si te vas de ahí, y para siempre lloraré por ti enfermo de amorosa consunción. Triste renuncio a las venturas tod…
El viejo pozo de mi vieja casa sobre cuyo brocal mi infancia tant… se clavaba de codos, buscando el v… de la tortuga, o bien el iris de l… es un compendio de ilusión
En los prados de tu huerto a la luz del plenilunio se moría cada flor; y concurriendo a una extraña complicidad de infortunio,
Antes de echar el ancla en el teso… del amor postrimero, yo quisiera correr el mundo en fiebre de carre… con juventud, y una pepita de oro en los rincones de me faltriquera.
Muchachita que eras brevedad, redondez y color, como las esferas que en las rinconeras de una sala ortodoxa mitigan su es…