Suave brilla el espacio del rostro
cabellos dorados
los ojos, los ojos no se distinguen
miran de cierto
triste risteza —¿sorpresa?—
La ventana, abierta, te repite
y tus ojos no ven
leen, sí, palabras invisibles—
—¿poco visibles?
miran la carta y no miran
El cuello albo del todo
junto al verde
doradamente verde
es la tarde ya tarde quizá la tarde
¿Qué miras y qué ves si miras
con los ojos invisibles
ausentes ojos?
La tarde más bien, augurio del deseo
suave y muy suave el campo el campo
verde verdísimo campo de la tarde. ~