(2014)
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Piedra que encontré en su lecho, vaya a saberse porque, el río suele ofrecer, misteriosos sortilegios, que aunque vienen desde lejos,
A quien corresponda Piensen del que viaja en colectivo, de quien prodiga el amor, de quien nunca por temor,
Los árboles soñaban con su ausenci… y en el crepúsculo las hojas murmu… “No hay pena que dure mucho tiempo… ni tristeza que no encuentre una m… Y las flores novias del colorido i…
Cabezas huecas, corazones desinflados, con visión de desalmados y actitud de saqueadores, aunque los llamen señores
Antes que un pájaro cante, sucederán tantas cosas. se despertarán las rosas, con aromas y color, y habrá quien con oración,
Transcurrían los años setenta y había emigrado de San Telmo, a San Cristobal, luego a Barracas y en lugar de Puente Alsina, como, lo sugiere el Vals “Vieja Serenata” me fui para el Cen...
Abro la puerta, para no seguir por la ranura espia… y encuentro sorpresivamente, no saben a quien?, A la Esperanza… Ella me da la Bienvenida,
No hay que aceptar de aquellos que especulan mentiras que cercenan los derechos… intentan con temor sacar provecho, y concretar sus cruentas mezquinda…
La rutina muchas veces, no nos permite entender, necesidades del ser razones que no se explican, la tarde es melancolía,
Y decime donde te encuentro vida esperando sentada. . Si andas caminando
Eran los comienzos de la década de los 70 y en la calle Florida, frente a la cartelera del antiguo edifico del diario La Nación, una cantidad de transeúntes, algunos habitué, discutían ...
Cuando le dijeron,"maestro" por usted sabemos, que para que no haya ignorantes hay que estimular el deseo de aprender, y que hay que hacer, para que no existan tantos provocadores de vi...
No hay satisfacción mas grande, que la de ser escritor, ejercita su razón, deja escrito en un papel, las cosas que para el,
Me acostumbré; y ellos lo saben: a angustiarme, a tener miedo, a temer que todo se derrumbe, a sentir de los demás la pesadumbr… a reñir con la crueldad, la incomp…
Puerto de Buenos Aires, fuiste entrada al contrabando; por tus entrañas pasaron, melodías de arrabal. El estaño y el percal,