De niño
Era el mar sobre el cielo y el sol y las nubes girando
Y la noche saliendo de los oscuros sauces
Sobre montañas consumiéndose, luces parpadeando
Devorando mis sueños en los páramos
Cuando veía los ojos de la muchacha aquella
Que miraba a mis ojos a través de mi alma
Después
Fue Borges y Neruda y Rulfo y García Márquez
Fue galopar desenfrenado tortuosas corrientes
Marx y el Ché, tu cuerpo tibio y fulgurante, tu nombre
Tu nombre entre mis labios disolviéndose
Y la muchacha aquella tierno junco
doliéndome y quemándome sol de Junio
que en otoño se esparce polvoriento
y se acaba en invierno cuando no hay esperanzas
ahora …estás tú
la mujer que me mira a través de las tardes
y a la que no me atrevo a deshojar mis versos
huidizas palomas viento gris
revoloteando entre frases antiguas
mis pobres versos quebradizos ríos
que no consiguen tus vertientes