Llueve…
y los relámpagos,
Laberinto de espejos centelleantes
Me llevan a ti
Mi voz, presurosa saeta
Traza una brecha entre el azul y el miedo
Que me separa de tus labios
Para decir
Amor
Palabra delicada y perfecta
Desenfrenado fragor, tormenta oscura
Viento arremolinado que me angustia
y me permite vivir y renacer, río milenario
Ahora…
Estoy listo para mirar tus ojos
Y deshojar en el agua y el fuego
Mis palabras
Lecho de lluvia, bordada penumbra
Te espero en el borde de la noche
Mi vida, mi cristal, mi esperanza.