¡No, música tenaz, me hables del c… donde es obligación cavar la tierr… No creo que exista tal consuelo donde sólo es vivir perenne guerra… Pues quien del horror ya corrió el…

“ Paseos por las calles que revien… pues las cañerías ya no dan más por entre edificios que hay que es… pues se nos vienen encima, por entre hoscos rostros que nos e…

Sus escritos, señora Nurka o Nurk… más que en español están en turco. ¿El tema? Siempre el mismo: nada,… ¡Y al pie su horrible foto engalan… En eso de decir nada es usted terc…

Sé que más allá de la muerte está la muerte, sé que más acá de la vida está la estafa. Sé que no existe el consuelo

Tú y yo estamos condenados por la ira de un sseñor que no da… a danzar sobre un paraje calcinado o a escondernos en el culo de algú… Tú y yo siempre prisioneros

Todo lo que pudo ser, aunque haya… jamás ha sido como fue soñado. El dios de la miseria se ha encarg… de darle a la realidad otro sentid… Otro sentido, nunca presentido,

De modo que Cervantes era manco; sordo, Beethoven; Villon, ladrón; Góngora de tan loco andaba en zanc… ¿Y Proust? Desde luego, maricón. Negrero, sí, fue Don Nicolás Tan…

Mal poeta enamorado de la luna, no tuvo más fortuna que el espanto… y fue suficiente pues como no era… sabía que la vida es riesgo o abst… que toda gran ambición es gran dem…

“¡Oh Luna! Siempre estuviste a mi lado, alumbrándome en los momentos más terribles; desde mi infancia fuiste el misterio que velaste por mi terror, fuiste el consuelo en las noches mas ...

No es el muerto quien provoca el e… es la sorpresa de ver cómo olvidam… su propia muerte, nuestro gran dol… Queda el muerto, nosotros nos marc… No es el muerto, no, quien se reti…

Yo soy ese niño de cara redonda y… que en cada esquina os molesta con… “can you spend one quarter” Yo soy ese niño de cara sucia –sin duda inoportuno–

Por qué esta sensación de ir a bus… hacia donde por mucho que vuele no he de hallarte. Qué terror sin tiempo ahora me imp… a por sobre tanto terror siempre e…

“El verano. Los pájaros derretidos en pleno vuelo, caen, como plomo hirviente, sobre las cabezas de los arriesgados transeúntes, matándolos al momento. El verano. La isla, como un pez d...