Rocio Goy

Lo que nunca te dije

Parte 1

Te recuerdo y te digo todo aquello que quizás no te dije, pero que seguramente sabías.
no sé con quién estás en este momento, no sé si ya me olvidaste, o si tal vez me recordas en las noches donde no podes dormir.
 
Te juro que lo he intentado, pero no puedo poner a alguien más por encima de vos.
todavía te sigo esperando aunque se que no vas a volver
perdí la cuenta de cuántas veces te despedí; y de las tantas veces que jamás me fui
 
me cuesta tanto tratar de interpretarte
 
perdí la cuenta de las veces que te pregunté
“¿por qué me dejaste?”;
y de tu parte no obtuve respuestas
 
si soy todo lo bueno que decís
si tanto es lo que valgo la pena, no me hubieras dejado.
 
no sos quien para levantarme el ánimo.
 
Tengo toda una vida para olvidarte
o fingir que lo hice; lo que sea, pero toda una vida sin vos.
 
Dicen que la poesía no salva
pero yo estoy acá
quebrada
escribiendo este poema
sabiendo que mañana será mejor
 
Y me quiebro.. una y otra vez
caigo, me desvanezco.. una y otra vez
te recuerdo y lloro.. una y otra vez
dejando que la melancolía corra por mis venas..
 
 
 
 
 
Inhalo y exhalo, unas veinte mil veces al día
y sin embargo
el ahogo me despierta
cada domingo a la tardecita
recordándome que hoy tampoco estas.
 
 
 
 
Hoy es 20, del cuarto año
y aún no consigo olvidarte.
Te recuerdo de una manera libre, sonriente.
 
Yo ya sé que no me querés
pero quiero creer que en verdad lo haces,
y qué me buscas en tu habitación, en tus noches donde no tienes a quien llamar,
y ahí estoy yo, 4 am, esperandote..
Esperando esa llamada que jamás llegará, porque solo estoy imaginando que me queres; imaginando que tal vez pudiera ser ella.
 
Me despierto y no estás
te busco y no te encuentro
recorrí todos los espacios en donde solíamos estar
ya no te encuentro y me asusta.
 
Ha pasado tiempo
me gustaría saber en dónde estás
 
 
Es la carta número mil que te escribo
hoy cuesta todo un poco más
hoy, que sin quererlo, llega el final
los consuelos no bastan para aliviar tanto dolor.
 
Ya no recuerdo tus besos, ni tus caricias
he querido recordar tu risa, se me ha olvidado
y me duele.
 
Hay vida después del amor
después de vos
me digo
cada dia
me digo ahora mismo, que siento frío
y todo me resulta nostálgico
 
 
 
Te recordaré,
sabiendo que fuiste todo lo que no pude volver a tener.
Te recordaré,
sabiendo que insistí en sostenerte con fuerza;
aunque estuve cerca de perder mucho más que mis manos.
 
Te odié con fuerza
porque me urgía deformar ese amor, que tanto daño me estaba causando.
Te odié y te desprecié,
Eras el peor ser que había conocido
y quise conservarte así en mi mente;
porque es más fácil odiarte que amarte.
 
Hay veces que las palabras no aparecen
y que el silencio se aprecia mejor, el escribir lo que siento me hace sentir vulnerable, pero aun así quiero hacerlo.
 
Si pudiera hablarte
tan solo un minuto
sin el peso del pasado,
te diría que todavía te busco a ti cuando me preguntan de dónde soy.
 
Y aún ahora
desde fuera sigo viendo que sigues igual
 
Aún me escribes de vez en cuando,
supongo que por tu afán de no apagar nunca las llamas,
Igual la razón, es que preferiste mentir y callar a dar la cara.
 
Pero seguramente
lo peor sea cuando uno se miente a sí mismo,
como hice tanto tiempo;
yo, que te lo hubiera dado todo.
 
Me duele, respiro y sigo
me duele todo
me duelen los párpados, la piel.
 
Me duele justo ahí
donde recostaste tu cabeza tantas noches antes de dormir;
entre mi pecho y el alma
me duele la espera, el silencio
me dueles.
 
¿Qué fui yo para vos?
quítame la duda,
lastímame, pero no te marches así nada más.
 
Esta madrugada de enero,
treinta y ocho canciones he pasado
pensando en vos,
y es que las noches son tan largas.
 
Me da miedo dormir,
porque como yo te sueño, nadie te ha soñado.
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