Vewlámenes soesberbios, deshilachando brisas,
despiertan la avaricia de la marina suma.
Pereza en las merluzas; orgullo en las corvinas;
y, en pulpos, tiburones y pelícanos, gula.
De la onda opalescente surge la curva dócil
que en senos tenebrosos oculta la lujuria.
¡Satán, Satán, aleja la glauca mariposa!
¡Venciste, helada forma! Delfines, aleluya!