#Mexicanos #Mujeres #SigloXX
Porque éramos amigos y, a ratos, n… quizá para añadir otro interés a los muchos que ya nos obligaban decidimos jugar juegos de intelige… Pusimos un tablero enfrente de nos…
La oscuridad engendra la violencia y la violencia pide oscuridad para cuajar el crimen. Por eso el dos de octubre aguardó… para que nadie viera la mano que e…
Si te digo que fui feliz, no es ci… No creas lo que yo creo cuando me… El recuerdo embellece lo que toca: te quita la jaqueca que tuviste, el sopor de la siesta lo transfigu…
Convaleciente de tu amor y débil como el que ha aposentado largamen… agonías y fiebres, salgo, purificada y tambaleante, al reclamo de calles y de patios.
Lo supe de repente: hay otro. Y desde entonces duermo solo a med… y ya casi no como. No es posible vivir
Compartimos sólo un desastre lento Me veo morir en ti, en otro, en to… Y todavía bostezo o me distraigo Como ante el espectáculo aburrido. Se destejen los días,
Hablábamos la lengua de los dioses, pero era también nu… igual al de las piedras. Éramos el abrazo de amor en que se… el cielo con la tierra.
Amigo, no es posible ni nacer ni m… sino con otro. Es bueno que la amistad le quite al trabajo esa cara de castigo y a la alegría ese aire ilícito de…
¿Por qué decir nombres de dioses,… espumas de un océano invisible, polen de los jardines más remotos? Si nos duele la vida, si cada día… desgarrando la entraña, si cada no…
Entre la muerte y yo he erigido tu… que estrelle en ti sus olas funest… y resbale en espuma deshecha y hum… Cuerpo de amor, de plenitud, de fi… palabras que los vientos dispensan…
No, no es la solución tirarse bajo un tren como la Ana d… ni apurar el arsénico de Madame B… ni aguardar en los páramos de Ávil… del ángel con venablo
Inclinada en tu orilla, siento com… Trémula como un sauce contemplo tu… formada de cristales transparentes… Huyen contigo todas las nítidas im… el hondo y alto cielo,
Al pie de un sauce, triste Narcis… o cerca de una roca inexorable quiero dejar mi cuerpo como el que deja ropas en la playa… Ay, mis brazos, guirnaldas desceñi…
La piedra no se mueve. En su lugar exacto permanece. Su fealdad está allí, en medio del… donde todos tropiecen
Solo la voz, la piel, la superfici… pulida de las cosas. Basta. No quiere más la oreja, qu… rebalsaría y la mano ya no alcanza a tocar mas allá.