Cargando...

Filosofía

¡Del pecado de amarte no estoy arrepentida!
Aunque un oscuro abismo nos separe a los dos,
en tanto que risueña te doy mi despedida
mis ojos se iluminan para decirte adiós.
 
No nos debemos nada. Tú me diste tu boca
límpida como el agua fresca del manantial.
Yo apagué en la cisterna mi sed ardiente y loca
y te enlacé en mis brazos, amorosa y sensual.
 
Peregrinos errantes, nuestra ruta seguimos:
si dos sendas opuestas, al azar elegimos,
¿para qué rebelarnos con violencia acritud?
 
Fuiste mío. Fui tuya. ¡Lo demás nada importa!
¡Oh, mi amante de un día, nuestra vida es tan corta
que no vale la pena de sufrir su inquietud!

(1925)

#EscritoresMexicanos 1925 Mientras la se va vida,

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Rosario Sansores Prén...



Top