Jazmines.
Todos los jazmines huelen a mi madre.
Todos los jardines están llenos de jazmines.
Todos los jazmines huelen a mi madre.
Madre mía me decía que yo era distinta siempre. Lucecita en medio de la oscuridad y peculiar niña de sonrisa traviesa.
Me enseñaste a amar con honestidad y reír a carcajadas dónde sea.
Me enseñaste a disculpar y amar sin límites ni fronteras.
Me convertiste en quien hoy escribe lo que no puede callar a duras penas.
Todos los jardines huelen a jazmines y mi madre huele a fortaleza.
Pensaba que cuando las flores te las dejé en algún pozo con tierra mi vida se iba a ir al carajo o un poco mucho más.
Pero por lo contrario abrí mi cajón con recuerdos derramados de tu alma.
Saque tres palabras, fuerza, coraje y valentía.
Me volviste leona en medio de la selva.
Me dejaste valores y presencia.
Me enseñaste a ser distinta y discreta.
Me dijiste que de todo sin pedir nada a cambio.
Que sepa discúlpame cuando estoy errando.
Que pida permiso en la vida de algún amor y que siempre desee lo mejor.
Que me mantenga noble, honesta, adicta al verso de algún poema.
Que disfrute de las personas y no de los placeres de la vida.
Que ame más al mate que el dinero.
Que no malgaste mi vida en algún vicio.
Que lea un par de libros, escriba un que otro poema, que ame las películas y sueñe sin freno.
Que frene cuando todo se torne raro y sobrio.
Que no me sienta mal por ser distinta, que no siga modas ni influencias.
Que alguien me amaría con mis complejos, que alguien mataría a besos mis heridas.
Que alimente mi autoestima, que le recuerde a alguien vale la real pena.
Que le devuelva la sonrisa a los niños.
La mirada a los ancianos.
Los abrazos a mi hermana.
La esperanza a mi hermano.
Que siga, que siga poniendo jazmines en algún florero de mi mesa.
Que siga, que no me rinda.
Madre mía, que madre la mía.
Todos los jardines llenos de jazmines y mi madre huele a primavera.
Para mi mamá. Te amaré siempre.
