sam°c

divagación 1

Empezare de nuevo. Bueno... en realidad esta es la primera vez que lo intento. Hoy mismo me percate de que la gente, la vida, el gusto, lo sentimientos, inclusive mi color de piel y como me percibo a mi mismo cambia. A veces soy más pálido y me percibo pequeño, con menos confianza en mismo. Me miro, me pienso, me observo y soy infeliz... ya sabes, problemas de primer mundo. Solo puedo pensar en lo infeliz que soy, la terrible vida que vivo y que vivimos todos. Me lamento noches oscuras enteras cuestionando mi existencia; sobre si soy «útil» o «inútil» para este mundo, sobre si debiese seguir viendo, o si por cada vez que he tenido una experiencia cercana a la muerte se abre una brecha en el tiempo en donde hay otros planos (quizá metaversos sea la mejor expresión) donde estoy muerto, pero yo solo puedo experimentar estos en donde sigo vivo... Me la paso gastando tiempo, vida, memoria, espacio neuronal (como si fuera una computadora... ¡ja!), a veces inclusive saliva y un poco de otros líquidos fundamentales, y ahora mismo hasta tinta—o bueno... la «tinta» de mi laptop—cuestionándome, preguntándome y chiqueteándome la mente de «mamadillas» vanas. No sé ni cuánto tiempo he perdido por soñar despierto; convirtiéndome en un sensual perezoso y flojo, hambriento que se cree un genio y un maestro revolucionario... ¡Patrañas! y/o «mamadillas» como diría mi gran maestro y amigo.
Ese sería otro tema interesante para tratar: ¿Cómo se convierte uno en algo? Quien lea esto (ósea nadie, tal vez yo mismo en un par de días o años o meses) Yo mismo me preguntaría si leyera esto... ¿de donde se saca tanta mamada este personaje? Y ¿de dónde inician sus conexiones neuronales para hablar de convertirse en algo tras apenas haber hablado de su amigo y maestro?! Y es que... no lo sé y ya no importa porque ya desvaríe sobre el tema inicial de este párrafo: ¿Cómo se convierte uno en algo?
Citare y parafraseare a una YouTuber a la cuál admiro fervientemente, Julieta Wibel. Aquella mujer es realmente una maestra, una artista, una alma y una consciencia hermosa y bella de una fascinación poética que me da y me ha mostrado a través de podcasts, videos, reels, etc.... tantas revelaciones que me han hecho cambiar mi perspectiva y paradigma del mundo en visiones tan prácticas, pero no por eso menos poderosas. Tan bien abstraídas que simplemente se resguardan en la memoria a modo casi de versículos para recitar cuando me encuentra en debates internos, personales que me vuelven a recordar las convicciones que he formado en estos años que llevo de vida. Entre todos estos pasajes los que quería compartir era sobre la pregunta inicial... y es que hay una gran fascinación (al menos de mi parte la hubo en algún momento y por eso fue por lo que me identifique) por el llegar a convertirse en algo por medio de tres sencillos pasos: 1. Tener, 2. Hacer y finalmente 3. Ser. Y es que, durante años, me he obstinado en detener tantos proyectos, tantas experiencias, tantas vidas, sueños, amores, esperanzas por pensar en el futuro... «Cuando tenga esto...», «Si tan solo tuviera aquello...», «Ya no solo me falta esto...», «Este libro más...», «Después de la carrera...», «Cuando este más preparado...», «Cuando se más fuerte...», «Uy... cuando empiece a hacer ejercicio...», «Cuando aprenda a cantar... a bailar, a producir música...». Es sorprendente la cantidad de excusas que se le pueden a uno ocurrir para postergar algo. Al menos yo lo he hecho así toda mi vida. «Es recreative la babose» diría mi madre... y sí, pero no para algo positivo, como debería de ser arte. Sino para algo destructivo como es el autodestruirme y el victimizarme a mí mismo. Y es que este procedimiento me es cómodo, me es fácilmente reproducible por que no me arriesga nada—tan cómodo—tan poco interesante, tan poco retador... es tan: «Dale tiempo al tiempo...», «Hope(yes)». Naaaah todo aquello son «mamadillas», son excusas, son actitudes pasivas y aburridas ante la vida, ante el deseo y ante el amor. Y es que problema no son los pasos... es el orden, y es que para convertirse en algo primero hay que; 1. Ser, así como mi amigo y yo tomamos la iniciativa de ser y nombrarnos (otro tema la importancia de los símbolos, las palabras, las declaraciones... blablablá) a nosotros mismes: Maestros, 2. Hacer, es decir cumplir la función una vez que ya eres aquello (como nosotres maestres...), y finalmente 3. Tener, ¿tener qué? En este caso: Nada. Pero esto debería ser aplicado a distintos y diversos ejemplos que me encantaría enumerar, presentar para explicar mejor este concepto. Sin embargo, no lo haré porque no puedo pensar en ningún ejemplo. Tal parece que me quede sin imaginación ahora a las 12.23 de la noche, o de la madrugada (¿).
Ahora preferiría aprovechar para confesarme. Empezaré por divagar sobre el amor... esto sería mucho más sencillo si realmente supiera algo sobre amor o como divago Tom Robbins en Pájaro Carpintero sobre cómo mantener el amor... a mí me parece arriesgado pues no se ni como obtener amor, mucho menos como mantenerlo. Aunque pareciera tener un efecto casi de sinergia; por saber amar debería saber mantener el amor... ¿o no? Y es que como cuesta hablar de amor... o te encuentras con aquel personaje que se siente inútil y sin una sola cosa que decir; el solitario que cuenta historias tristes, nostálgicas amorosas de parejas imposibles y/o «toxicas»–todos unos dramas coreanos de la vida real—. O al típico «gurú» del amor que jura conocer los secretos y los «pasos», los «temas», las «frases», los «lugares», los «tiempos», los «modos» perfectos para enclochar al amor de tu vida... Uy, es que hasta suena horrible esa frase solo de decirla... Uno no puede forzar el amor, ¿o sí? Digo todo a medias porque justamente no quiero parecer o dar la impresión de gurú del amor. Más bien hablare del amor personal, el mío... que es el único que conozco. Resumen: Todos amores fallidos. Ahí sinceramente tengo que echarme a mí la culpa por ser tan intenso a veces y luego tan distante y vació y frío en ocasiones... ¿Hablamos de dualidad de alma? (¿are you the lobo estepario...?). No quiero caer en eso, prefiero decir que en realidad he experimentado y probado muchas formas (según yo) de dar amor, utilizando y reciclando las cosas que he aprendido a través de los años con mis distintos compañeres de vida que me han dado, y demostrado amor... Resumen: Nadie sabemos amor, pero muchos queremos saber... y también en ocasiones creemos saber... Un poco de confianza no le hace mal a nadie, sobre todo cuando piensas en que si te convences a ti mismo de saber amar tal vez así convenzas a las demás personas de que realmente las estas amando... Y la verdad es que pensándolo así solo estamos dándole mala fama al amor... Después de «amar» como sabemos y creemos amar no me sorprende que ya nadie busque pareja, amigos, familia. Es más fácil aislarse a salir herido de nuevo por esta gente que dice amarte. Ahora sé y reconozco que el amor es una elección y que se demuestra a través de actos... Aunque lo descubrí un poco tarde.

una mamadilla que divage en la madrugada del 3 de febrero.

Otras obras de sam°c...



Arriba