A ti,
que has recorrido con cariño,
las sendas de mi piel...
Tu,
que has conocido mi alma,
y las heridas que hay en ella...
A ti,
que te has quedado conmigo...
Que has conocido a mi corazón,
consumido
por las dudas y los miedos...
Y aun así,
nada hizo que te fueses...
Yo te confieso,
que he llegado a sentir...
Que me había perdido en ti,
aun siendo tan inmenso el destino...
Y que por eso,
tenía que añadir tiempo a mi eternidad...
Si quería conseguir,
vivir tiempo,
en un trozo de tu cielo...
Siempre es siempre