La vida (y las cosas que la misma conlleva)
el viento que sopla las flores,
que las sopla y las mueve.
Lo que va, lo que viene
lo que va y viene.
Lo que ato y desato,
lo que armo y vuelvo a romper.
El tiempo que pasa, furioso mi peor enemigo
y el mejor también.
El aire por sobre todas las cosas y el poder respirar.
Aquellos árboles que me brindan liviandad,
aquella brisa que me hace volar.
Paisajes inmensos que recorren sueños,
entes insignificantes que transitan por ellos.
Vidas sin vida y otras llenas de ella.
Entender que para viajar
no se necesita más
que dejar de mirar y comenzar a ver.
Contemplar aquello que a simple vista no se comprende
cerrar los ojos y permitirse flotar.
Volver a abrirlos para contemplar nuevamente
y cerrarlos otra vez para seguir viajando,
para seguir flotando, para seguir soñando.
Para alejarse de la realidad obviada
y pasar a la verdad oculta,
a la verdad anhelada por muchos
y evadida por otros.
Sentir la inmensidad y no querer regresar,
sentir el aire y acostumbrarse a flotar.