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Conversaciones

¿Qué tan profunda es la laguna?
Pregunta el niño emocionado.
Es tan profunda como tu la ves, respondió el anciano.
Pero
aquí no veo la profundidad, contestó el niño un tanto perplejo. En cuanto el anciano
tras una aspiración profunda, señaló:
En tu mente está la profundidad de esta laguna
para conocerla
tienes que entrar y nadar
sumergirte y tratar de divisar el fondo.
Y con mayor fortuna o ninguna
podrás nadar sin mucho temor
a que tu cuerpo se pueda romper
en su profundidad.
Ahora,
¿puedes ver qué tan profunda es la laguna?
El niño confundido con su respuesta, se animó a decir:
está bien gran anciano
sostén mi ropa y mis zapatos
que lo único que me queda por hacer
es meterme y conocer
pero si me pasa algo
búscame en la otra vida
para responder
sobre la gran profundidad de la laguna.

Preferido o celebrado por...
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