Cargando...

Oda a Ella

Escribo un bolero, en forma de aceptación a la letra que genera mi enorme cabeza. Pues es allí, niña, que tu nombre sigue cantando; cantando al amanecer y silbando al anochecer.

Niña de mis ojos llorosos, de mi corazón magullado, no tienes más remedio que salir al alumbrado de los planetas, que al alinearse, solo buscan tu condena. Que tu voz y tu silbido, niña bonita, sigan en el limbo de mis pensamientos, pues son ellos a los que nunca veo y a los que nunca escucho.

Es allí donde quedarás enterrada mi niña linda, porque allí mi alma no vive, sino deambula. No llores por mí, niña adorada, no es tu culpa ni tampoco la mía. Aunque, tu sabes que tiene que ser así, de esta forma, de este sufrimiento para comprender el dolor que tu voz y tu silbido me han causado.

Me vuelves loco, esa locura que tanto amas y que tanto transmites, y que tengo que dejar volar, como los patos buscando el calor del sur de mi cuerpo,
de mi alma,
de mi universo.

Adiós niña bonita.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Gregorio Hozpina...



Top