A Stéphane Mallarmé
#Mujeres #Uruguayos
De pronto el viento que movía las vestiduras y las almas borra en un sueño de ala inmóvil su rumorosa torre de alas. Cada mujer y cada hombre
Tuvo en la mano el ramo erguido, brioso relámpago de fiesta. Por las corolas de ascendía la luz amarga de la tierra, la luz del hueso amanecido,
Se abrasó la paloma en su blancura… Murió la corza entre la hierba frí… Murió la flor sin nombre todavía y el fino lobo de inocencia oscura… Murió el ojo del pez en la onda du…
Sobre este muro frío me han dejado con la sombra ceñida a la garganta donde oprime sus brotes de torment… un canto vivo hasta quebrarse en a… Yo aquí mientras el sueño los desp…
Quisiera abrir mis venas bajos los… en aquel distraído verano de mi bo… Quisiera abrir mis venas para busc… lenta rueda comida por agrias amap… Yo te ignoraba fina colmena vigila…
Yo te sentí, paloma, en las mejill… recién salidas del manzano alerta. Tu cauto pico me encontró despiert… deletreando arenales y gramillas. Jugaba un aire enano en mis rodill…
Dame la mano ángel sin heridas. Piedra, dame tu esquivo corazón si… Nube, dame tu rostro de repentina… Hermanos, sostenedme
XVIII Las madres allí están, desde allí… las polvorientas, las hundidas mad… secas fuentes del hijo, los vientres desfondados,
VIII Mi entraña mereció, panal mestizo, la incorruptible ley de tu voluta. En cada nervio de clavel o fruta un embozado arroyo de granizo.
¿Cuándo la rosa concibió este frío… ¿Cuándo esta leve sombra cazadora afinó en mi garganta su rudeza y me detuvo en la canción que llor… ¿Cuándo nació la pálida maleza
¿Que se estiró la tierra hasta el gemido? ¿Que fue el cielo sonando sus camp… desde el pálido sueño a la sangre… ¿Que se ha cruzado un río,
No puedo cerrar mis puertas ni clausurar mis ventanas: he de salir al camino donde el mundo gira y clama, he de salir al camino
Al norte el frío y su jazmín quebr… Al este un ruiseñor lleno de espin… Al sur la rosa en sus aéreas minas… y al oeste un camino ensimismado. Al norte un ángel yace amordazado.
Después de tantos mares donde se d… en otoños de espuma los leves rost… y fueron como sombras de incendiad… a plegarse en el fondo de dormidos… aquel sol de violetas y oro decapi…
Rigor de esta ciencia rara que en relámpago indiviso del infierno al paraíso quiebra el color de mi cara. Que ya no me desampara