Ahora es septiembre padre
como hace mil años.
Las cosas han cambiado
han cambiado tanto.
Muchas lluvias se extinguieron
en el aire
mucho polvo ha sido
desde entonces barro.
Y tú regresas nuevamente
hacia mi sangre.
Es éste un viaje
de momentos y sombras
de recuerdos y dolor
cayendo entre nosotros.
Tu silencio y mi voz
se reconocen
deciden golpear cerradas puertas
y pueden olvidar
lo tuyo que nos falta
las destrucciones que sirven
en favor de tu ausencia.
Fuiste despojado
perdiste lo accesorio
y tu sistema de callar
de hacer sonrisas y miradas sencillas
es lo que ahora en septiembre
te regresa
como de un nacimiento o una leyenda.
Recién comprendo
cuál fue tu trabajo:
silencio me diste
para que yo al nombrarte
también las palabras calladas
y el tiempo vencido nombrara:
vida me diste
para que otra vida
más fuerte y más pura
mis manos crearan.
Es pesada tu herencia
pues no tenías nada.
Vienes conmigo
y conmigo regresas
a traerme noticias de tu esperanza:
aquí está el camino
en este largo septiembre
que para mí dejaste:
del agua al vino
del vino a la sangre.