La mano que ahora contemplamos se pierde entre sus dedos tan enhuesados sí de propias suciedades y escamas desprendiéndose.

Es inútil el peso de la piedra —¿de una piedra de todas las piedras? Porque la piedra quiere pesar tal vez:

Había un cráneo de aire entre las fibras de la noche unos huesos negros como harapos colgantes unas médulas ateridas

¿Quién se pondrá la ropa rajada de… ¿Quién meterá sus carnales andadur… en lo adentro de tanto zapatal des… ¿Quién fijará su sombra cotidiana: ese negro fulgor de fatiga y de in…

Estas palabras así tan otras empiezan con un perro. Nuevas y ya contaminadas palabras que traen entre hilos y fibras de silencio

Como un látigo naufragando en el s… Así encuentran su corazón Los hombres gordos: Deforme engañado repleto de fichas… Insomnios y precios

De tu múltiple boca huyen las sali… como buscando los cruentos olores de cada orgasmo muerto. No crezca en la fatiga de tu cráne… ninguna memoria de muchachas cocin…

Colgadas de cualquier frágil alman… las arañas se descalzan y empiezan a tejer las pálidas camisas que sudaré mañana.

Usted tú vos señora señoría señorita vuesa merced doncella sacerdotisa actriz astronauta viuda virgen profesionista amadora amante sirvienta sibila emperatriz

La silla blanca con sus huesos descansa en el jardín. Los pinares se encienden cerca de otras playas. Ningún árbol camina

Ahora es septiembre padre como hace mil años. Las cosas han cambiado han cambiado tanto. Muchas lluvias se extinguieron

Aquello sucedió rápidamente. Tan de pronto ocurrió que no hubo tiempo de cerrar los ojos de mirar

Ayer estuvimos entre las muelas rojas de la araña… Hoy besamos con ancianos labios un fulgor de ceniza que antes fue ¿cuándo aquí o dónde allá?

No yo no soy el escriba ni el pint… yo no soy el que manda en las pala… Mi nombre no fue encerrado en tint… mi nombre nunca fue borrado de la… Ni el nombre de mi madre

Debajo de las quietas baldosas crecen otras montañas y estallan las aguas sagradas que lombrices y pájaros alcanzan a beber.