¿A qué saben tus besos? Saben a un fino licor, Mezclado con nicotina... ¿O saben a un frágil temor, Impregnado de adrenalina?
Yo no quiero conquistarte por azar… Mucho menos convertirte en amorío… Yo no quiero seducirte solo para s… Mucho menos exhibirte descaradamen… Yo no quiero imponerte mis hábitos…
Fóllame con perversión, ¡Hazlo ahora, te lo ruego! Que aún te sigo esperando, Y me mata el desespero... Fóllame sin compasión,
¿Será posible saber si todavía me piensas y tu mirada se enciende emulando una estrella? ¿Será posible creer
Y seguramente buscaré unos labios Que dibujen con dulzura tu sonrisa… Y seguramente buscaré unos ojos Que emulen el resplandor de tus pu… Y seguramente buscaré unas manos
Nadie me preguntó Por qué insistí en buscar calor En unas manos tan frías. Nadie me preguntó Por qué entregué mi corazón
Vejaciones y vergüenza, Discusiones y peleas... ¿Por qué producen dos seres Fogosos, sumidos en sexo Tan fértil asco y desprecio,
Cae la noche, Y tu alma y la mía se funden En un culto sin reservas: Tus pupilas me rehúyen, Mientras las mías se acercan...
Búscame, Hállame... Mírame, Háblame... Abrázame,
Mi rebeldía es silenciosa, temerosa y ermitaña. Mi rebeldía es caprichosa, fantasiosa y muy extraña. Mi rebeldía es imprudente
Y aquí te tengo, recostada en mi c… Mis manos recorren tu cuerpo. Al compás de tus besos, y el latir… Tus pensamientos conducen mis dedo… Mis pupilas seducen tus manos.
¡Detente! Ten cuidado con la hora En la que ingreses, Pues seguro olvidarás La hora en que salgas.
Y desperté Queriendo hallarte, Pero nunca lo logré... Te metiste Entre mis brazos
Desde hoy no queda duda De que mis sordos quejidos, Lo que queda de mi llanto, Y mis trémulos latidos Son indignos merecedores
No es mi culpa que te escriba más, Pero te hable menos... No es mi culpa que tu cuerpo Aún se deslice entre mis letras. No es mi culpa que el licor