Dedos grises
se enroscan en mi cuello
pinzones perdidos
vagando sin rumbo
en algún lugar del mundo
pensamientos cuerdos
se solidifican en mi mente
quiero desobedecer los latidos de mi corazón
y embellecer con mi piel sonrosada
los presagios de la muerte
cuervos nocturnos
aúllan a la luna
y se frotan en las lápidas
pidiendo deseos
bajo el cielo tormentoso
Quiero tocar el suelo con mi cuerpo
tan solo un momento
no quiero pasearme entre los muertos
se me estremece la piel
quiero salir de este universo perverso
Un miedo resonante yace de mi espalda
convulsión
y
un frío disparador e intumecedor
me envuelve en silencio
Una sensación vibrante y endeble
dispara sobre mi pecho
y el truculento paso de las sombras
escandaliza todos mis sentidos
aún cuando están muertos.