De «Poéticas poco cínicas y muy insuficientes»
Escribo poesía a toda hora y mis manos ni lo saben.
—¿Cómo se llama esto? —Mar. —¿Y para qué sirve? —Para irse.
La veo acercarse, por mí. Sin traje de gala arrima, sin armas. De albo fulgoroso viste sus negras empresas. La veo cada noche, en mi cama,
La tarde cayó en mis ojos y se rompió en mil y un pedazos. Soy el trozo mil uno y los demás son incontables.
No importa el lado de la puerta que nos vea. El afuera siempre está adentro.
vivo de las palabras no
el fuego es una opción a veces me aburre vivir frío
—¿Jefe, me da permiso para ir al e… —Ahora no se puede, la producción… —Disculpe jefe. Gracias. Permiso.…
Ya no intento convertir los poemas en pan. Intento multiplicarlos.
Mañana será otro día, le dije a la poesía mientras se en… al riguroso placer de volver a cas… Mañana será el mismo día, dije cuando ya no me escuchaba.
Si fuera posible cambiaría de piel a diario. Y si fuera imposible cambiaría de piel a diario.
En el timo letal de la vida extint… todos los que resultan, mutilados, reverberan con las banderas, en al… de calaveras y huesuda cruz y negr… A las puertas de salida,
La luz sirve para que no nos asuste la oscuridad que somos.
Vino la luz a buscarme y se fue sin despedirse. Se equivocó de espejo, tal vez, o no la pude
Soy poeta y no tengo remedio. Ni quiero tenerlo. Soy poeta, y es irremediable: