De «Un (casi) poema (malo) al día»
Ya no intento convertir los poemas en pan. Intento multiplicarlos.
Una bestia de siete cabezas me habita y, como es natural, cada cabeza tiene su propia dieta. La que más vigilo
una buena palabra por verso
La enemiga defunción te invita, pero no asistas a esa fiesta. Vete pronto a tu lejana villa, roe un árbol, dale una semilla.
Mañana será otro día, le dije a la poesía mientras se en… al riguroso placer de volver a cas… Mañana será el mismo día, dije cuando ya no me escuchaba.
La vida es estratégica y regresa, siempre y sin falta, cuando me estoy muriendo.
Más que temerle a qué dirán le temo al qué diré.
un diccionario lo define, es decir… «trasladarse desde el lugar en que… dicho esto, querido y desconocido… lo dejo en su íntima migración hac… mientras termina de leer estas pal…
—¿Estudias o trabajas? —Soy escritor.
No importa cuántas horas pasen entre poema y poema. La poesía no sabe leer el reloj.
El secreto de este negocio es que siempre estamos leyendo.
Resulto ser la bala. Irrumpo en la batalla, busco el corazón de la guerra. De camino, mato lo que soy, siembro nuevos miedos.
Oigo a los pájaros cantar, dejo de escribir el poema…
Me pregunto si la tierra con sus entrañas llenas de oro sabe que es la tierra. Me pregunto si la tierra sabe qué es el oro.
Cuando el poeta se queda solo la tierra tiembla. Tiemblan juntos… No se sabe si por lo mismo o por todo lo contrario.