De «Un bicho cayendo con épica agonía»
Gano dinero de mil maneras pero no haciendo poesía. Estoy a salvo. Por ahora.
lamento destruir sus castillos en… pero yo soy el hombre más rápido d… me lo imaginé ya a usted apuntándo… cuando todavía usted ni el disparo… y lamento destruir mis castillos e…
Escribo poesía a toda hora y mis manos ni lo saben.
La señal del cosmos se trenza en e… para que yo, grillete último, líe… lo emancipe y lo vislumbre, vuelto un trapo, inmundicia, y con el pesado parpado,
Nadie sabe para quién trabaja si su trabajo es escribir.
No importa el lado de la puerta que nos vea. El afuera siempre está adentro.
—¿Me enseñas a escribir poesía? —Eso no se enseña. —¡Enséñame! —No la escribas. —Gracias.
Más que temerle a qué dirán le temo al qué diré.
—¿Jefe, me da permiso para ir al e… —Ahora no se puede, la producción… —Disculpe jefe. Gracias. Permiso.…
La noche en altas dosis envenena.
Resulto ser la bala. Irrumpo en la batalla, busco el corazón de la guerra. De camino, mato lo que soy, siembro nuevos miedos.
Para qué un poema extenso si la vida dura un verso.
Colores blandiendo la espada de la… Convites acuosos desde el fervor i… Visitas empíricas e inusitadas par… Cubrimiento de primer nivel de las… Insectos demorados en la barra del…
una palabra por vez y
La luz sirve para que no nos asuste la oscuridad que somos.