De caza
Hambrienta y ansiosa camina acechante por el pasadizo oscuro y angosto en el que, las pisadas retumban en sus paredes húmedas y ennegrecidas, cómo loba buscando su presa.
Le ha encontrado distraído, absorto en tu pensamiento y sigilosamente se acerca con sonrisa maliciosa y provocadora. Sucumbe hipnotizado a su mirada, permitiéndole descuartizar sus recelos, desgarrar su sentido y hacerlo suyo.
“…No intentes escapar, exquisito majar, deja que clave las uñas sin pudor y te arranque gemidos ahogados mientras te degusto, te desgasto, te tomo hasta saciarme de todo tu ser. Déjate llevar, acóplate a mis curvas, y siente cómo te devoro con lascivia, cómo mi cuerpo se enreda en el tuyo buscando tu instinto perverso y goza. Goza conmigo en este deseo irracional, en este vaivén instintivo hasta perder la razón. Dame tu salvaje excitación creciente y hazme temblar al deslizarte dentro de mí. Haz que me deshaga en alaridos al compás de tus manos, abrasada por tu fuego insaciable hasta caer rendida al amanecer….”, instante en el que, con el cuerpo desgastado y la satisfacción en la mirada, desanda el camino por ese callejón ajado e inerte, testigo mudo de las horas pasadas mientras él aún exhausto y perturbado camina calle abajo sin apresurarse. En su mente aturdida, una sola pregunta _... ¿Volveré a verla?
Nive
(2009)
