#EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos
Sobre la mesa en que estoy sentado hay un enorme tratado de pintura. Digo, parangonando la frase de un personaje de Cocteau, que los críticos siempre terminan por comunicar un desorden ...
Hojas de palma, corteza de abedul, papel que las manos piadosas han prensado y conserva, en nervaduras rugosas, más obscuras, la materia de los paños originales, la trama que lo creó: s...
Le pusiste a Medea una falda de e… De Flora enderezaste el tacón jor… No hay rima de tu verso que no rom… ni estrofa en que no vuele un zunz… La distancia no existe. Abres una…
Escritos en el suelo han quedado l… Y en los mosaicos de piedra roja el estampido de los rostros de oro… La humedad ha cubierto los frescos… En la escalera
¿Qué se hicieron los cantantes, los reyes, los Matamoros de dril nevado y los oros de las barajas de antes? ¿Quién las tardes del Cervantes
Contra todos los idiomas, contra ustedes, señores sapos, tri… contra la Real Academia de la Mal… contra el seseo español, contra el merci, merci monsieur y…
¿Los dioses se fueron, se quedaron, murieron con Beny Moré ellos que con él alucinaban, o habitan aún las orquestas habane…
El rumor de las máquinas crecía en la sala contigua: ya mi espera de un adjetivo –o de tu cuerpo– no… más que un intento de acortar el d… La noche que llegaba y precedía
1. wax wing No hay silencio sino cuando el Otro habla
Tanto arder, tanto valor tanto ataque y retirada ante ese umbral en que nada alivia más el dolor que su incremento. O mejor:
La presencia del poeta, del creador occidental en Oriente, no puede evaluarse, como se ha hecho con excesiva frecuencia, por su adhesión a una religión—casi siempre brahamanismo edulcor...
No por azar, por gusto del dislate ni por obedecer a una figura, habló de una cegante noche oscura. Que toda exaltación o disparate aparente, se indague, y no se ciña
Corta, Changó con tu espada el alcohol, y haz que ese río crecido, no bien vacío, vuelva a su cauce y, saciada tanta sed, halle morada
La pared cruje. Grieta en lo blanco. Allá va, desunido, el cuarto. Detrás del tragaluz
No acudas a linimento, alcanfor, miel o saliva, que atenúen el momento de más ardor. No se esquiva con ardid, ni se deriva