A Leopoldo Lugones Los rumores de la plaza quedan atr Estas reflexiones me dejan en la p En este punto se deshace mi sueño, 2
El hacedor Nunca se había demorado en los goc Gradualmente, el hermoso universo El recuerdo era así. Lo había inj Otro recuerdo, en el que también h Con grave asombro comprendió. En 2
Los espejos velados El Islam asevera que el día inape Hacia 1927, conocí una chica sombr Aciaga servidumbre la de mi cara, 1 2
Delia Elena San Marco Nos despedimos en una de las esqui Desde la otra vereda volví a mirar Un río de vehículos y de gente cor Ya no nos vimos y un año después u Y ahora yo busco esa memoria y la 3
Diálogo De Muertos El hombre llegó del sur de Inglat —¡Qué aflicción ver a un guerrero —Si habla de Santos Pérez y de lo El otro lo miró como recelando una —Rosas, usted no me entendió nunca
Un problema Imaginemos que en Toledo se descu Que yo sepa, hay tres contestacion Queda otra conjetura, que es ajena 1
Una rosa amarilla Ni aquella tarde ni la otra murió Entonces ocurrió la revelación. M Esta iluminación alcanzó Marino e 2
Martín Fierro De esta ciudad salieron ejércitos Dos tiranías hubo aquí. Durante l Un hombre que sabía todas las pala También aquí las generaciones han 2
Mutaciones En un corredor vi una flecha que i Días después, alguien me mostró un En el cementerio del Oeste vi una Cruz, lazo y flecha, viejos utensi 1
Parábola de Cervantes y de Quijote Harto de su tierra de España, un En mansa burla de sí mismo, ideó u Vencido por la realidad, por Espa No sospecharon que los años acabar Porque en el principio de la liter 1
Paradiso, XXXI, 108 Diodoro Sículo refiere la histori Los hombres han perdido una cara, Una cara de piedra hay en un camin Pablo la vio como una luz que lo d Perdimos esos rasgos, como puede p 2
Parábola del palacio Aquel día, el Emperador Amarillo Al pie de la penúltima torre fue q Otros refieren de otro modo la his 3
Everything and nothing Nadie hubo en él; detrás de su ros Veinte años persistió en esa aluci La historia agrega que, antes o de 8
Ragnarök En los sueños (escribe Coleridge) El lugar era la Facultad de Filos Todo empezó por la sospecha (tal v Sacamos los pesados revólveres (de 3
Poema de los dones Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la no De esta ciudad de libros hizo dueñ 1 13
El reloj de arena Está bien que se mida con la dura sombra que una columna en el estío arroja o con el agua de aquel río en que Heráclito vio nuestra locur El tiempo, ya que al tiempo y al d 1 5
Ajedrez En su grave rincón, los jugadores rigen las lentas piezas. El tabler los demora hasta el alba en su sev ámbito en que se odian dos colores Adentro irradian mágicos rigores 1 24
Los espejos Yo que sentí el horror de los espe no sólo ante el cristal impenetrab donde acaba y empieza, inhabitable un imposible espacio de reflejos sino ante el agua especular que im 1 6
Elvira de Alvear Todas las cosas tuvo y lentamante Todas la abandonaron, La hemos vi Armada de belleza. La mañana Y el arduo mediodía le mostraron, Desde su cumbre, los hermosos rein 1
Susana Soca Con lento amor miraba los disperso Colores de la tarde. Le placía Perderse en la compleja melodía O en la curiosa vida de los versos No el rojo elemental sino los gris 1 1
La luna Cuenta la historia que en aquel pa tiempo en que sucedieron tantas co reales, imaginarias y dudosas, un hombre concibió el desmesurado proyecto de cifrar el universo 7
La lluvia Bruscamente la tarde se ha aclarad porque ya cae la lluvia minuciosa. Cae o cayó. La lluvia es una cosa que sin duda sucede en el pasado. Quien la oye caer ha recobrado 3 12
A la efigie de un capitán de los ejércitos de Cromwell No rendirán de Marte las murallas a este, que salmos del Señor inspi desde otra luz (desde otro siglo) los ojos, que miraron las batallas La mano está en los hierros de la 2
A un viejo poeta Caminas por el campo de Castilla y casi no lo ves. Un intrincado versículo de Juan es tu cuidado y apenas reparaste en la amarilla puesta del sol. La vaga luz delira 5
El otro tigre Pienso en un tigre. La penumbra e la vasta Biblioteca laboriosa y parece alejar los anaqueles; fuerte, inocente, ensangrentado y él irá por su selva y su mañana 1 8
Blind Pew Lejos del mar y de la hermosa guer que así el amor lo que ha perdido el bucanero ciego fatigaba los terrosos caminos de Inglaterra Ladrado por los perros de las gran 4
Alusión a una sombra de mil ochocientos noventa y tantos Nada. Sólo el cuchillo de Muraña. Sólo en la tarde gris la historia No sé por qué en las tardes me aco este asesino que no he visto nunca Palermo era más bajo. El amarillo 2
Alusión a la muerte del Coronel Francisco Borges (1833 - 1874) Lo dejo en el caballo, en esa hora crepuscular en que buscó la muerte que de todas las horas de su suert ésta perdure, amarga y vencedora. Avanza por el campo la blancura 3
In Memoriam A. R. El vago azar o las precisas leyes que rigen este sueño, el universo, me permitieron compartir un terso trecho del curso con Alfonso Reye Supo bien aquel arte que ninguno 1
Los Borges Nada o muy poco sé de mis mayores portugueses, los Borges: vaga gent que prosigue en mi carne, oscurame sus hábitos, rigores y temores. Tenues como si nunca hubieran sido 2
A Luis de Camõens Sin lástima y sin ira el tiempo me las heroicas espadas. Pobre y tris a tu patria nostálgica volviste, oh capitán, para morir en ella y con ella. En el mágico desierto 1 3
Mil novecientos veintitantos La rueda de los astros no es infin y el tigre es una de las formas qu pero nosotros, lejos del azar y de nos creíamos desterrados a un tiem el tiempo en el que nada puede ocu 1
Oda compuesta en 1960 El claro azar o las secretas leyes que rigen este sueño, mi destino, quieren, oh necesaria y dulce patr que no sin gloria y sin oprobio ab ciento cincuenta laboriosos años 2
Ariosto y los árabes Nadie puede escribir un libro. Pa que un libro sea verdaderamente, se requieren la aurora y el ponien siglos, armas y el mar que une y s Así lo pensó Ariosto, que al agra 2
Al iniciar el estudio de la gramática anglosajona Al cabo de cincuenta generaciones (Tales abismos nos depara a todos Vuelvo en la margen ulterior de un Que no alcanzaron los dragones del A las ásperas y laboriosas palabra 1
Lucas, 23 Gentil o hebreo o simplemente un h cuya cara en el tiempo se ha perdi ya no rescataremos del olvido las silenciosas letras de su nombr Supo de la clemencia lo que puede 1 5
Adrogué Nadie en la noche indescifrable te Que yo me pierda entre las negras Del parque, donde tejen su sistema Propicio a los nostálgicos amores. O al ocio de las tardes, la secret 5
Arte poética Mirar el río hecho de tiempo y agu y recordar que el tiempo es otro r saber que nos perdemos como el río y que los rostros pasan como el ag Sentir que la vigilia es otro sueñ 12
Cuarteta Murieron otros, pero ello aconteci Que es la estación (nadie lo ignor ¿Es posible que yo, súbdito de Ya Muera como tuvieron que morir las 2 6
Límites Hay una línea de Verlaine que no hay una calle próxima que está ved hay un espejo que me ha visto por hay una puerta que he cerrado hast Entre los libros de mi biblioteca 2
El poeta declara su nombradía El círculo del cielo mide mi glori las bibliotecas de Oriente se disp los emires me buscan para llenarme los ángeles ya saben de memoria mi Mis instrumentos de trabajo son la 3
El enemigo generoso Que en tus ejércitos militen el or Que mafiana, en los campos de mi r Que tus manos de rey tejan terribl Que sean alimento del cisne rojo l Que te sacien de gloria tus muchos 1
Le Regret d'Héraclite Yo, que tantos hombres he sido, no aquel en cuyo abrazo desfallecía M Gaspar Camerarius, 4
In Memoriam J. F. K. Esta bala es antigua. Antes, la bala fue otras cosas, po En el alba del tiempo fue la piedr 3