“La muerte no llega con la vejez, sino con el olvido”– Gabriel García Márquez.
Extraño el pasado,
aquellos momentos perfectamente abarcados.
Extraño tu sonrisa,
que envidiaría cualquier brisa,
ya que mientras ellas la piel tocan, tú el corazón explotas.
Pero te has perdido, entre los matorrales podridos,
las calaveras descansan, donde alguna vez se vio tu danza.
A veces me pregunto si te habrías ido, en caso de que de algún modo,
no estuvieras entre el trigo.