La muerte me acecha y me tienta haciéndome creer que no tengo otra opción. Trato de ignorarla, pero me seduce y me invita a ser su amante. Me dejo llevar a regañadientes para que no crea que me atrae de la forma en que lo hace. Si supiera que la deseo más de lo que ella a mi. Si supiera que cuando me habla no hago más que rendirme a sus pies. Pero me mira me enamora y pasa y me deja otra vez vacía, deseando ser suya de una vez y para siempre.