Eres como un sueño punzante,
dulcemente admirable,
pero con ojos que aterrizan,
a mi ser, a mi espanto.
Melancolía, tu mirada,
incomprensión, tu mirada,
indescifrable, sin embargo,
lo que piensas, lo que amas.
Tu perfil amable, sereno,
se despedaza por dentro;
desesperadamente lo buscas,
pero el silencio es fatídico, es eterno.
Aquel verso irrenunciable,
aquel recuerdo interminable,
lo único que aquí te retiene,
por lo único que aún temes.