La grieta.
Relato
Su pecho arde, quema y el aliento escasea, cierra los ojos y trata de relajarse...
Pero la oscuridad le abraza,
el corazón se acelera y se siente inquieto, la ansiedad se duplica,
sabe que algo viene...
lo sabe...
Hay escombros por todas partes,
escombros... de hermosas edificaciones
que algún día estuvieron allí e intentó proteger...
de los cuales ya solo quedan fugaces recuerdos,
y lo único que ilumina el lugar son llamas,
rojas llamas danzantes sobre las rocas
que se van extinguiendo a cada segundo
y la negrura espesa cobra peso...
El guerrero esta fatigado y lloroso
ya no queda nada...
Una sombra sonriente se hace visible en la lejanía, y le agobia con su presencia,
tiene su mismo rostro,
Esta... se le acerca sonriendo de a poco para poseerlo...
pero sabe que no puede dejarle entrar no mientras tenga voluntad...
Así que se niega y le mira con desprecio.
La sombra, enojada por la necedad ataca,
y se embisten desde la distancia,
furiosos rugidos se escuchan antes del choque y el guerrero sangra,
sus heridas son ya demasiadas, un eco se escucha cuando su espada y escudo caen,
cae de rodillas,
y la sombra le envuelve como una serpiente poderosa esperando el momento preciso de debilidad para entrar por una de sus heridas...
A punto de rendirse le encandelilla un destello de luz,
un delgado pero precioso rayo de luna entra por una grieta en la lejanía,
El guerrero recuerda la promesa que se hizo cuando vio a la doncella luna,
Y... si entra algo de luz a este basto y destruido mundo, hay una grieta, si hay una grieta hay esperanza,
Una salida...
pero no hay fuerzas ...
y el alma duele,
Intenta alcanzar la espada con su mano menos entumesida...
Pero la sombra se enoja y le embiste....
una última apuesta,
en su estacada con furia...
un destello...
pero todo se oscurece...
Entonces, lentamente abro mis ojos... y con esfuerzo sale un suspiro...
Lo siento sombra mía, duele, pero hoy no ganas tu...
