Te debo la noche que nos robó el a… y la tarde que se incendió para pi… Las luciérnagas del brillo, las canciones con sentido encontrado, creado,
Vayamos al lugar lejano, ajeno a nosotros: en donde habla el colibrí, y nosotros cantamos. Víctor Daniel López
Al verme en el espejo, retrocedo p… y en tus oscuros ojos, color pasad… allá voy a morir para dejar mis su… < VDL >
Le lloraba a su recuerdo mientras la lluvia arremetía contra él como si fuere árbol marchito. Pero la lluvia que había dentro de su mente era aún peor, más despiadada, interminable y va...
Era un alma moribunda, que paso a paso, lentamente, se iba extinguiendo, por no saber de qué formar avivar la llama del fuego de su pasión. El invierno lo estaba arrojando lejos. La pie...
Como lo hicimos aquel lejano verano, en donde todo era posible y no había otra luna que la que se sumergía en el vino y en los ojos de una noche que reposaba quieta en la copa de los ár...
Lo siento, alma mía, por tenerte aprisionada. Perdóname por volverte esclava de esta insoportable asfixia
¿Aún existirá? La casa de verano a la que acudíamos a dormir mientras la lluvia estruendosa caía sobre el bosque, haciendo temblar los árboles, las nubes, temblaba la tierra y tu boca y...
se mentían para amarse se amaban en la mentira el amor es una farsa pero de todas la más bonita < VDL >
Despertó una mañana y se hubo dado cuenta que había perdido sus recuerdos. Lloró todo el día, todas las noches y toda la vida, porque había olvidado quién era y para qué era que estaba ...
Cuando descubrió su sonrisa, comprendió el misterio que habitaba en él desde hacía mucho tiempo. Se reveló al fin su secreto. Ella acababa de salir de una concha. Ella estaba hecha de e...
De la noche que aún no llega despe… De la sombra de árboles de hielo, derritiéndose a pleno sol de verano, brotará el tallo de una flor
las seis de la mañana huelen a hie… las siete y media a café tostado r… las nueve de la mañana huelen al c… las once a la sal que llega desde… la hora del mediodía huele al perf…
Allá, donde el rocío jamás se secó, allá dejé un poema que no terminé. Allá, donde aún chillan las aves
Yo no puedo volver, porque sé que cuando vuelva, si vuelvo algún día, ganándome el ansia, empapado y desesperado,