La luna era de color morado. Hasta que vio su reflejo en los oj… Entregó su color a la inmensidad d… desnudándose, quedándose hasta los huesos.
Le lloraba a su recuerdo mientras la lluvia arremetía contra él como si fuere árbol marchito. Pero la lluvia que había dentro de su mente era aún peor, más despiadada, interminable y va...
se mentían para amarse se amaban en la mentira el amor es una farsa pero de todas la más bonita < VDL >
Como lo hicimos aquel lejano verano, en donde todo era posible y no había otra luna que la que se sumergía en el vino y en los ojos de una noche que reposaba quieta en la copa de los ár...
Lo siento, alma mía, por tenerte aprisionada. Perdóname por volverte esclava de esta insoportable asfixia
Cuánta humedad se sentía cuando bailamos en mi cuarto el dí… para así no voltear a ver directam… del dolor que emergía de las pared… que de poco en poco se tornaban fr…
A esta lluvia eterna, ¡desnudémonos! Bailemos descalzos en medio de la tempestad y todo el movimiento.
En aquel mismo sueño se apareciero… La primera tenía ojos verdes. A la segunda nunca pude verle el c… Y la tercera... a ella yo ya la co… VDL
Nuestros fantasmas se encontraron a mitad de la noche para platicar de cosas sobre las que nosotros no éramos capaces. Hablaron toda la noche, hasta que los hubieron despertado los prim...
Te debo la noche que nos robó el a… y la tarde que se incendió para pi… Las luciérnagas del brillo, las canciones con sentido encontrado, creado,
Los mejores días son los que pasan rápidos montados en caballos salvajes que corren a la orilla de la playa… Los mejores días son los que se ba…
Escuchó que lo llamaban por su nombre, y dirigiéndose hacia aquel pozo ancho, siguió la dirección del canto que seguía viajando a través del aire. Al asomarse allá en el fondo, no vio s...
Aunque dentro de sus piernas habit… y vivía un fuego que ardía inexpli… sus manos, su frente, sus mejillas… su mirada y su alma, eran más frías que el hielo que ha…
Allá, donde el rocío jamás se secó, allá dejé un poema que no terminé. Allá, donde aún chillan las aves
Si volviéramos a Madrid, a los trenes, a Velázquez y al Prado. Si regresáramos el amor a su tiemp… con sus zapatillas de niña