Traté de sostener entre los dedos
isla que resbala,
su blanca playa parecía incendiarse
bajo el sol,
la noche musical llena de puntos.
Conversación sobre la yerba verde;
el cuerpo de los dioses desnudos,
su alegría. Era redondo el seno
y pleno el sabor;
os juro que lo tuve.
No esta aridez sajando,
mira el polvo cubrir las provincias;
os juro que lo tuve.
Sin vivir ni morir he contemplado,
pero no pude hacer del tiempo un hilo.
Resbaló de mis dedos y se hundió.