Sean tardos para airarse, que la ira nunca llega sola; trae consigo palabras filosas, heridas que ni el tiempo borra. Sean tardos para airarse,
Fluye el río sin prisa, sin miedo, como el viento que danza sin rumbo… cada instante un latido, un mister… un sueño que nunca sucumbe al segu… Las olas que besan la orilla,
Tu piel curtida brilla en la negru… músculos fuertes como la montaña. Forjas el oro que el suelo acompañ… con manos rudas, con voz de ternur… Cargas la mina con sangre y con fu…
Ahí llega mi tía Nora, con su vestido limón; y en sus manos una cesta, llena de dulce y canción. Trae cuentos de mil colores,
El viento hila su costura en los p… una luz difusa cae sobre el tejado… como si el mundo olvidara sus cont… Camino entre muros gastados, las huellas de otros pies se pierd…
El lunes llegó sin previo aviso, como un ladrón con traje y permiso… Yo me escondí bajo la almohada, pero el despertador no perdona nad… Me levanté con cara de espanto,
Luz de la noche, testigo callada, susurro eterno de un tiempo perdid… brillabas dulce, con calma dorada, sobre el sendero que nunca he olvi… Tu rostro pleno de plata y de enca…
Arde la piel al roce de tu aliento… suspiro errante en labios de locur… marea ardiente, ritmo y atadura, susurros que se quiebran contra el… Las manos, fuego, danzan su tormen…
Se va la brisa de tu aliento, se va tu risa de mi piel, y queda el eco más cruel donde era sol, hoy es lamento. La casa es sólo un frío hueco,
La casa está callada y sin tu risa… la Navidad no sabe cómo entrar. Te busco entre los sueños al rezar… y solo el viento frío me acaricia. Tu voz cantaba dulce en la ceniza,
Ella es brisa, suave, clara, canción que el alba despierta, río de luna que ampara con su dulzura secreta. Es el eco de las flores,
Usted es la culpable de mis penas, de este incendio que arde sin hoguera, del beso que en mis labios
Ponsetias rojas, joyas del inviern… encienden luces en campos serenos. Sus pétalos, al sol que es dulce y… despiertan calmas en vientos ajeno… Guirnaldas vivas, su gracia despli…
¡ I. El despertador traidor La alarma resuena, el mundo termin… me arrastro con torpe desesperació… y justo en el punto de resignación…
La vida canta, su risa es un torrente, sol que levanta las sombras de la mente. Florece el día,