Domingo huele a jazmín, a pan horneado en la mesa, a flor abierta y sorpresa de incienso suave y jardín. Viste amarillo marfil,
El cielo te sonríe con mágico fulg… y el tiempo se arrodilla rendido e… Amalia, en tus ojos destella un vi… un faro que ilumina tu nobleya y t… Treinta y dos primaveras se visten…
Alumbra el sol su radiante esplend… Mientras sus ojos reflejan dulzura… Alegre camina dejando su amor, Llenando los días de luz y ternura… Inspira su risa un cálido afán,
Lo extraño no es caer, es quedarse suspendido, como ramas en invierno aferradas al vacío. Lo extraño no es callar,
I. Olas de luz Brisa del alba, danzan las hojas, luz y reflejos, duermen en mí.
Luz sin par, fuego inmenso, mi pesar es intenso. Dulce faz,
¡Hurra por mí! ¡Hurra por mí y por ti! ¡Hurra por saltar y andar! Por reírme porque sí y por volver a jugar.
Égloga: El Alba en Silencio Género: Poesía bucólica Instrumentación sugerida: Laúd, f… Muchacha Ya el alba despierta, cual suave r…
En la brisa va mi canto, como el río en su rumor, vuelve y vuelve su dolor, como el eco de un quebranto. Lo que amé quedó en encanto,
Brisa de miel, roza mi piel, luces de abril, llamas sutil. Besos de sol,
Todo niño es un artista, un titán de luz y asombro, pinta el cielo con su sombra, canta el mundo a su medida. En su mano el sol palpita,
Eres brisa en la montaña, río danzando entre piedras, sigues senderos de luna sin mapas ni fronteras. Llevas soles en la espalda,
Canta el río, voz sonora, fresco estío que enamora. Verde umbría,
Todavia arde la lampara que encend… Aun cantan los ruisenores en los p… Quedan cartas sin abrirse en cajon… Siempre queda una flor viva entre… Todavia guardo el vaso que tocaste…
El sapo con bufanda En un charco muy lejano donde el agua es de algodón, vive un sapo muy extraño con bufanda y pantalón.