Cargando...

Consecuencias

Ya sabes que debes asumirlas con los huevos bien puestos.

Aún no me cabe
tremenda impresión
de cómo una ocurrencia
lleva a un pensamiento.
 
Y ese pensamiento
lleva a otro
Y después de todo
se genera una acción.
 
Un impulso injustificado
a hacer algo
Y ese algo a otro algo
Y así.
 
Es como jugar escalera
No sabes que va a pasar
Ni quién ganara
pero sabes que una cosa
lleva a la otra y así va avanzando el “juego”.
 
Bueno, todo esto ocurrió
por una ocurrencia.
 
De ver a una persona
que no planeaba ver
Y esa persona me contó algo
de alguien que no pensaba oír.
 
Y ese algo me hizo
estar enojada
pero me lo guarde.
 
Y pasa otra cosa que,
con quien estoy enojada,
hace que se enoje entonces yo saco lo que me había guardado.
 
Un supuesto Az bajo la manga.
 
Entonces, tenemos una maldita pelea sin sentido y me aseguro  que no lo quiero ver.
 
Y eso me lleva a otro plan
Y ese otro plan me lleva a los sucesos.
 
s  u  c  e  s  o  s
 
Una pequeña ocurrencia, un pequeño impulso, una pequeña acción, una decisión.
 
Entonces eso que ves tan insignificante, no lo es
en realidad después de todo.
 
Las malditas acciones crecen como un pequeño bulto de nieve
cayendo en bajada y volviéndose cada vez más grandes hasta estrellarse.
 
Asi son las mentiras,
así son los mentirosos.
Creen que la estúpida bola
caerá por siempre sin detenerse.
 
Pero al final se estrella y se autodestruye.
 
Las verdades siempre salen a la luz, pero todo depende de cómo tu pequeño universo llamado
c a b e z a, lo vea.
 
Y sé que nadie entenderá una mierda de esto, pero necesitaba reflexionar de lo mucho que hace una “pequeña” acción y en
lo grande que se puede volver.
 
No se si escribí para mi,
para ti, o de lo que pasó.
 
Lo que si sé es que pertenezco a vos.
 
Y lo que sé más aún es que te quiero a vos.
 
Te quiero a vos, a pesar de que vos ni sabes qué querés.
 
Y ahí tienes querido, tus propias consecuencias.
 
Por ser incoherente, con respecto a lo que dices, con cómo me follas, cómo me miras, cómo me coges, cómo me besas, cómo me acaricias, como me abrazas.
 
Todos esos “cómo” son inconsistentes con tus palabras.
 
Y vaya cobarde para semejante musa.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Vivian López...



Top