Tus ojos. Esos luceros Faro de mis sueños. ¡Alumbran siempre!
Es egoísmo. Lo sé, No es porque lo quiera. Es que le Necesita.
Calma tempestad Dispersando tormentas El arcoíris
Vuela allí, paloma blanca y llévale mi señal. El mensaje es que lo anhelo; permanece en mi pensar. No hay día que no suspire.
Son tus ojos, regalo del cielo. Son tus labios, del rojo carmín. Es tu dulzura,
A través de ti, sonrío. Miro al universo, que es nuestro. Acaricio el cielo. Me siento Diosa.
Agua y Fuego. Verano e Invierno. Luz y Oscuridad. Vacío y Lleno. Igual y Distinto.
Despacio, desnudemos sentimientos. Preparo el café y pienso. Te imagino y sonrío. ¡Ingenua yo, que te espero!
Ella era un tallo. Coexistían espinas, hojas y flor, en el mismo espacio.
Ya no eran perfectos. Sus figuras arrugadas, discernían… y habían sido. Dudaban. Ellos ya no comulgaban.
A veces tan cerca. A veces tan lejos. A veces todo. A veces nada. Tal vez mañana...
Cierra los ojos. Abre tus brazos. Acércame a ti. Estrecha las distancias. Fluye en mi entorno.
Usted deshojó el amor. Y de la manera más cruel, no le regó. Marchitándose cual flor.
Inconmensurables las ganas, las ansias de ti. Tú que enloqueces mis sentidos. Tú, que sacias con espasmos mi cue… Tú que bebes mi sed,
Estás bajo mi piel, como la marca que deja un zapato a… como el corsé que aprieta, causand… Grito tu nombre, a secas, y eres un sordo errante,
Perdona que te bese. Perdona que te palpe. Perdona que te tiente. Perdona que te abrace. Perdona que me acerque.