He aquí, perdido en la arena. Separado entre un cielo celeste y un suelo verde. Destinado a vivir por un tiempo eterno. He de preguntarme si podré vivir en un abismo o morir en un hermoso espejismo. Los días resultan ser largos, pero las noches tan pasajeras.

Oh luna, que me acompañas, porque he de perderte tan pronto. Ese brillo y espectáculo nocturno, no podré disfrutarlos por mucho tiempo. Hace poco que cerró el día y no falta mucho para que te vayas tú. Nuevamente en la arena, hoy siento tanta locura, me siento perdido en mis pensamientos y no veo camino por delante alguno. Es tan largo el día, mis sentimientos se han desorientado y nuevamente extraño a la noche.

Luna de hermoso brillar, ¿a qué hora sales? Pero qué hermoso es volver a verte, luna que me acompañas en esta fría noche. Es tan tibio continuar, guiado por tu luz hacia un destino incierto. Mira, ahí a lo lejos, veo un oasis nocturno...

Otra vez cerró la noche sin despedirse, encontré un hermoso paraje gracias a su luz. He de disfrutarlo, descansar mi espíritu y esperar a la noche con gratitud. El día se hizo tan largo, yo esperaba a la noche y ella no llegaba...

Qué cruel destino, hoy la luna no ha salido, no ha de escuchar mi gratitud y no ha de verme contento. He de seguir continuando por aquel camino que me mostró, pero ha de ser sin su luz...

                                                                                                                                                                                 —A.F.W—