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Mi habitación

Un día al mes

La vulnerabilidad y yo somos como el agua y el aceite. pueden estar juntos por un momento y luego van a separarse por completo. No es fácil ser fuerte todo el tiempo. Siempre luciendo una armadura como cual gladiador va a la guerra. Siempre protegiéndote del enemigo, siempre alerta de los movimientos para poder luchar bien y ganarle a los sentimientos. Lo he hecho demasiado bien todo este tiempo me siento invencible.
Pero a veces en mi habitación mi enemigo llora y se pregunta: “ por qué?” mi enemigo está dolido y no es fácil porque mi enemigo soy yo mismo.

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