Cuando la sed vence la pulseada al óseo,

cuando el deseo gana la partida a la indiferencia,

cuando el ser deja de padecer y actúa.

Cuando los planetas se conjugan para que nos encontremos,

cuando el universo entero conspira a favor de una idea,

cuando los cascabeles anuncian

la llegada del vagabundo sagrado.

Cuando las esperanzas convertidas en heridas abiertas

danzan en torno al abismo anhelado,

cuando la infancia se vuelve punto de partida

y se encuentra con las baldosas del patio donde jugábamos

y despierta en la conciencia dormida

la inocencia del niño.

Cuando la eternidad en una lagrima

cuenta todo lo que te he extrañado,

cuando los pensamientos maquinales que hace tiempo ya tenía

vuelven ahora como salmos invocados.

Cuando lo que escribo me cuenta,

cuando lo que cuento me escribe,

cuando lo que queda desborda,

construye y saquea cada deseo de permanencia.

Cuando el delirio sabotea la pretensión de cordura,

cuando la dama de negro mece la cuna,

cuando la inmensidad en la palma de tu mano

dibuja un camino con líneas de efímera ternura...

Cualquiera de las opciones es posible,

cualquiera de las posibilidades es probable,

cualquier cosa que quieras hacer o ser

ya lo estas haciendo y ya la sos.

Por eso solo se trata de sostener las visiones,

en nombre de tu ser profundo,

atravesar la tormenta,

vencer los miedos,

las dificultades,

conservar la calma,

practicar la paciencia,

aprender la espera sin esperanza,

deshacer los caminos de las proyecciones,

desenredar los rollos familiares,

desmenuzar los dramas de pareja,

silenciar al yo-maquinal-compulsivo-aprendido

para poder oír la voz del que siempre escucha...

Honrar las raíces,

agradecer lo que tienes,

venerar las amistades,

reconocer los límites,

desafiarlos,

volver a intentarlo

una y mil veces

hasta Ser Uno...